Misa con los peregrinos de la JMJ2011 en los DED de Murcia

Fuente:

Pabellón de deportes

Sres. Obispos,

Sacerdotes, diáconos,

Religiosos y religiosas, seminaristas

Queridos hermanos y hermanas

Queridos jóvenes

Como Obispo de esta Iglesia de Cartagena os saludo y os doy la bienvenida. Que Dios os bendiga. Estamos felices por compartir la misma fe, esperando al Santo Padre en Madrid.

Comme Évêque de cette Église de Cartagena je vous salue et je vous donne la bienvenu. Qui Dieu vous bénit. Nous sommes heureux de partager notre foi dans l'attente du Saint Père à Madrid.

As Bishop of this Church of Cartagena I welcome all for you. God bless you. We are happy to share our faith and to wait for the Holy Father in Madrid.

Come Vescovo di questa chiesa di Cartagena saluto a tutti voi. Quel Dio benedice a voi. Siamo felici per vivere la stessa fede, sperando al Santo Padre a Madrid.

Me alegra estar con vosotros hoy con la alegría que proviene de la fe, de compartir la confianza en Dios y de sabernos llamados a decirle a todo el mundo cuales son las razones profundas de nuestro gozo interior: Dios mismo vivo y presente en la historia. Os saludo a vosotros, jóvenes, que además de seguir vuestro itinerario formativo personal en vuestras comunidades parroquiales o en los nuevos Movimientos de la Iglesia, queréis asumir la responsabilidad eclesial y misionera con respecto a los otros jóvenes, vuestros compañeros de camino, para señalarles dónde está el Señor, donde está "la fonte que mana y corre", la fuente de la Vida.

Os invito en estos días de preparación al Encuentro con el Papa a que descubráis la belleza y la alegría de la fe, camino que cada uno debe recorrer por sí mismo, porque en la fe está en juego todo lo que tenemos de más nuestro y de más íntimo, nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra libertad, en una relación profundamente personal con el Señor, que actúa en nuestro interior. Pero la fe es también radicalmente acto y actitud comunitaria; es el "creemos" de la Iglesia, que cada domingo proclamamos en la Eucaristía.

Recordando los textos de las apariciones de Jesús a sus discípulos, aprendemos que la alegría de la fe que experimentaron ha de ser compartida: "lo que hemos visto y oído (el Verbo de la vida), os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros", decía San Juan (1 Jn 1, 3-4).

Queridos jóvenes, la venida del Santo Padre está siendo una maravillosa oportunidad de que los cristianos tomemos conciencia de que no podemos pasar por la vida como si no conociéramos a quien nos da la Vida, no podemos dejar de anunciar a Jesucristo, es imposible no decirle a los demás que hemos encontrado el precioso tesoro que todo el mundo anhela, hay que gritar y comunicarle a todos que la alegría es grande porque conocemos a Jesús. Pero es verdad que no nos faltan dificultades, por las críticas que nos vienen de los de cerca y de los de lejos. El Santo Padre nos recuerda que las dificultades se pueden ver en estas dos direcciones: "La primera es el agnosticismo, que brota de la reducción de la inteligencia humana a simple razón calculadora y funcional, y que tiende a ahogar el sentido religioso inscrito en lo más íntimo de nuestra naturaleza. La segunda es el proceso de relativización y de desarraigo que destruye los vínculos más sagrados y los afectos más dignos del hombre, y como consecuencia hace frágiles a las personas, y precarias e inestables nuestras relaciones recíprocas".

Es muy importante que los cristianos tengamos la valentía y el coraje de saber vivir de cara a Dios siempre, sin avergonzarnos, ni escondernos, aunque nos vengan persecuciones; necesitamos vivir la fe como alegría, tener la experiencia de conocer el rostro de Jesús, gustar de la serenidad profunda que brota del encuentro con el Señor. "La fuente de la alegría cristiana, dice el Papa, es esta certeza de ser amados por Dios, amados personalmente por nuestro Creador, por Aquel que tiene en sus manos todo el universo y que nos ama a cada uno y a toda la gran familia humana con un amor apasionado y fiel, un amor mayor que nuestras infidelidades y pecados, un amor que perdona", como se manifiesta de manera definitiva en el misterio de la cruz. Mirad ahora el rostro del Cristo que nos preside, el Cristo de la Mirada, que han traído los Cursillistas de Cristiandad y decidme si no entendéis estas palabras: "Dios ama tanto al hombre que, haciéndose hombre él mismo, lo acompaña incluso en la muerte.

Queridos jóvenes, el Santo Padre nos pide que nos fiemos, que nos fiemos de la Iglesia, amadla como a vuestra madre, queredla de verdad, porque en ella está presente el Señor y porque lo único que busca es vuestro verdadero bien. No caigáis en la tentación de creer la crítica fácil que hacen a la Iglesia, con intereses ocultos, esa crítica que la presenta siempre como negadora de la alegría, que sólo sabe imponer fardos pesados sobre nuestras espaldas, porque es al contrario, que la Iglesia es la impulsora de un gran SÍ al amor y a la vida de una forma verdadera y duradera. El cristiano no se queda en la palabrería, no se deja llevar de la cultura dominante, ni está prisionero de las ideologías engañosas, la fuente de su vida es Jesucristo, el cristiano católico es libre, porque el Señor es el que le hace libre para quedarse en la verdad y para ayudar de corazón al hermano, por eso sale al encuentro de las necesidades de los otros comprometiéndose de verdad a sí mismo, nuestro mandamiento esencial es el del amor.

Acercaos a Cristo en estos días y siempre, dejad que entre a lo más hondo de vuestro ser, escuchad su palabra en la oración y en el silencio meditativo y veréis cómo tendréis necesidad de contarlo, pues no podemos guardar para nosotros la alegría de la fe; hay que transmitirla, más cuando sabemos del extraño olvido de Dios que existe hoy en muchos ámbitos de nuestra sociedad. El olvido de Dios lleva a la insatisfacción, al ruido efímero, a las discusiones inútiles y a un gran vacío. Si estáis llenos de Dios seréis portadores de la esperanza, que nace de la fe y así ayudaréis a todo el que os rodee a encontrar sentido a su vida.

Os pido a vosotros, jóvenes, y a todos los que estáis aquí, queridos hermanos y hermanas, que recéis conmigo por la amada Iglesia, en particular por las almas consagradas, especialmente por los conventos de clausura. Delante de esta bellísima imagen de la Santísima Virgen de la Huerta, que se venera en el pueblo de Los Ramos, os pido que confiéis siempre vuestra oración a la intercesión de María, nuestra Madre y que adoréis a Cristo vivo en la Eucaristía y no tengáis miedo. Viéndoos a vosotros y a vuestras banderas, ¿me queréis decir quién es el que ha hecho posible que la de Israel, Palestina, Jordania e Iraq estén enarboladas?¿quien os une a vosotros, los del norte y los del sur?¿quién, sino el Señor Jesús? Jesús derriba los muros y tiende los puentes necesarios para seamos una verdadera familia de hermanos. ¡No tengáis miedo y seguid a Jesucristo!¡abridle de par en par las puertas al Señor!.

Así vosotros, jóvenes, estaréis dispuestos y disponibles a acoger su llamada, si él os quiere totalmente para sí, en el sacerdocio o en la vida consagrada. Espabilad los oídos que Dios, en esta JMJ2011 os hablará al corazón.

Que Dios os bendiga

Misa con los peregrinos de la JMJ2011 en los DED de Murcia, Foto 1
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