Las empresas familiares solicitan medidas urgentes para reactivar la economía y potenciar la competitividad

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Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer del último barómetro que ha elaborado el Observatorio de la Empresa Familiar

El colectivo se ha visto afectado por una caída de la demanda y los problemas de financiación

Las empresas familiares no son ajenas a la situación económica actual. Un contexto marcado por la destrucción de actividad ha motivado un deterioro en la confianza empresarial y una mayor incertidumbre sobre el futuro. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de los resultados del sexto barómetro del Observatorio permanente de la Empresa Familiar, un estudio que refleja cómo está afectando la situación económica al tejido empresarial.

Según los datos recogidos en este informe, el 84% de las empresas considera que la situación de la economía española ha empeorado, y el 82% de ellas también lo entienden, de igual modo, para el caso de la economía murciana. Los resultados del barómetro, que se ha elaborado a través de entrevistas personales con empresas representativas del tejido económico regional, las han presentado Juan Hernández Albarracín, director del Instituto de Fomento; José María Albarracín, presidente de la Asociación Murciana de Empresa Familiar; Juan Monreal, director de la Cátedra de la Empresa Familiar; y María Isabel Sánchez-Mora, vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Murcia.

Aun con todo, los resultados no son tan negativos como podría desprenderse de una lectura inicial de los datos, ya que cuando las empresas consultadas analizan su propio modelo de negocio, la cifra de las que consideran "que ha ido a peor" en el semestre pasado baja hasta un 50%. Además, se percibe que el ritmo de destrucción de la actividad va a ir disminuyendo, por lo que se inclinan a pensar que la economía en los próximos seis meses se estancará pero no decrecerá en su conjunto.

La crisis empresarial ha sido amplia y ha afectado, siempre según los datos de este 6° Barómetro, a la cifra de negocio (35,1%), al número de trabajadores (28,1%), a los precios de venta (56,1%), a las inversiones (28,1%) y a las exportaciones (20,0%).

El resumen de estos datos viene recogido por el Indicador de Confianza Empresarial que baja en más de 8 puntos situándose en los -22,2 puntos, siendo las perspectivas futuras no especialmente halagüeñas. El principal freno de los negocios familiares ha sido la caída de la demanda (81%), seguido de los problemas de financiación (40%) y de la intensidad competitiva (39%). Estos problemas, comunes a periodos anteriores, exigen, en opinión de los encuestados, cambios político y económicos que permitan acelerar el crecimiento de la economía.

Desde la perspectiva empresarial se están adoptando acciones que pueden contribuir a que éstas mejoren su capacidad de supervivencia y puedan salir de la crisis, especialmente estrategias basadas en costes (50,9%), calidad (15,8%), servicio al cliente (10,5%) e innovación (8,8%). En cuanto a las mayores preocupaciones de los empresarios para los próximos seis meses, sobresalen las relacionadas con las fuentes de financiación (más del 56% de las empresas), seguida de la caída del consumo y la demanda (27%) o el mercado laboral y sus reformas (22,7%).

En lo concerniente a las medidas necesarias para salir de la crisis tres de ellas sobresalen sobre el resto: el restablecimiento del crédito, la reforma laboral y la reducción del déficit público. Además consideran que no es menos importante hacerse eco de un conjunto de medidas que contribuirían a favorecer la competitividad de las empresas, a través de programas de actuación concretos, en materias como son la formación profesional, en idiomas, en nuevas tecnologías, la I+D+i o la internacionalización de las empresas.

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