Manifiesto en defensa de las empleadas y los empleados públicos y los servicios públicos

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ANPE AIDUMUR AUGC CCOO CSIF GESTHA INTERSINDICAL SATSE SIAT SIDI SIME SUP UFP UNIÓNGC UGT USAE USO

Manifiesto en defensa de las empleadas y los empleados públicos y los servicios públicos

Como señaladas víctimas de decisiones erráticas, el personal empleado público tenemos el convencimiento de que la crisis económica en la que España está sumida desde hace ya varios años está siendo gestionada de manera deficiente por los sucesivos responsables políticos.   

 La indudable necesidad de controlar el gasto público se está traduciendo en una política de recortes en el número de personas efectivas y en la precarización de las condiciones laborales, retributivas y sociales de las empleadas y los empleados públicos, y viene acompañada de descrédito de la labor que realizamos en todos los ámbitos de la administración.   

En la Región de Murcia las últimas cifras públicas sobre el desempleo evidencian la política de masivos despidos y/o no contrataciones en las administraciones autonómica y local que estamos sufriendo en los últimos meses: personal docente, personal sanitario, personal de administración general, personas que trabajan en consorcios, ayuntamientos, universidades, … Esto nos ha situado a la cabeza en destrucción de empleo público de todo el conjunto del Estado Español.   Ante ello, las organizaciones firmantes de este manifiesto, representantes de la totalidad de los colectivos de la Función Pública, señalamos lo siguiente: 

1. Las empleadas y Los empleados públicos se encargan de desempeñar, en nombre del Estado, los servicios que éste presta a la ciudadanía. De igual manera son quienes hacen realidad las decisiones políticas y legislativas. Cuestionar el papel del personal empleado público desacredita a servicios públicos esenciales para la sociedad como los que se realizan en la educación, la sanidad, la seguridad, la atención social y la justicia, entre otros.

2. Esta aplicación práctica de las decisiones políticas ante la ciudadanía precisa de un personal cualificado. El personal empleado público español accede a sus puestos de trabajo después de demostrar ampliamente su cualificación y por medio de un proceso de selección establecido de acuerdo con los principios de igualdad, mérito y capacidad que exige la Constitución Española.

3. Las empleadas y empleados públicos prestan a la sociedad un servicio insustituible como garantes de la igualdad de oportunidades para toda la ciudadanía, al llevar los servicios esenciales a los lugares más recónditos del país, a donde no acudiría nunca una empresa privada por una sencilla cuestión de rentabilidad económica.

4. La estabilidad en el puesto de trabajo, ahora cuestionada por la reforma laboral, garantiza la independencia del personal empleado público ante la ejecución de las diversas políticas y asegura la calidad y permanencia de las prestaciones que se ofrece al conjunto de la sociedad. Tenemos el convencimiento de que hay soluciones y vías alternativas para reducir el déficit público que excluyan la política de recortes en la función pública: soluciones que pasan por hacer efectivos los principios de igualdad, capacidad económica y progresividad que han de inspirar nuestro sistema tributario (art. 31 de la Constitución), así como por la mejora sustancial del control del gasto público, que conlleve una asignación eficaz y eficiente de los recursos públicos, sin recortar los gastos sociales ni afectar negativamente al personal empleado público.  

Desde ese convencimiento, y entendiendo la necesidad y urgencia de realizar ajustes económicos y la contribución solidaria de toda la sociedad para sacar a nuestro país de la profunda crisis económica en que se encuentra, y observando que no se extienden al recorte de otros gastos menos justificados, ni se centran en la posibilidad de incrementar los ingresos a través de nuestro sistema fiscal apelando a la solidaridad de las capas más favorecidas de nuestra sociedad, proponemos: • La adopción decidida y urgente de las medidas necesarias para afrontar una verdadera lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal, incluyendo una reforma en profundidad de la AEAT que optimice sus recursos y potencie una investigación centrada en los grupos y sectores con mayores bolsas de fraude.

Así podremos reducir la economía sumergida a los niveles de los países europeos de nuestro entorno, lo que nos aportaría una recaudación anual adicional de 38.500 millones de euros.

• La modificación de la actual desproporción entre los tipos efectivos a los que tributan las grandes sociedades y los que gravan a las microempresas y pymes, mediante el aumento de cinco puntos en el nominal a los beneficios superiores al millón de euros, acercando así también el esfuerzo fiscal de las empresas al de las familias españolas, lo que supondría 13.900 millones adicionales.

• La implantación, en los términos aprobados en el Parlamento Europeo, de un impuesto a las transacciones financieras, que, según la Comisión Europea, supondría una recaudación en torno a los cinco mil millones de euros en España.

• La creación, en el año 2013, de un impuesto sobre la riqueza que supere los defectos y cierre las vías de elusión del actual impuesto sobre el patrimonio, temporalmente recuperado sólo para 2011 y 2012, que podría aportar 3.300 millones anuales.

• La exclusión de las ganancias patrimoniales especulativas del concepto de rentas del ahorro en el IRPF, así como la modificación de la Ley de Instituciones de Inversión Colectiva, para establecer un porcentaje máximo de participación en las SICAV que no supere el 5% de su capital máximo estatutario.

Medidas que incrementarían la recaudación en 1.500 millones anuales.

Por último, instamos a los gobiernos y a todas aquellas personas con relevancia mediática a hacer recaer sus críticas sobre las verdaderas causas que han llevado a nuestro país a la situación de déficit, paro y deuda pública en que se encuentra.

En situaciones de grave crisis, como la que vivimos, no caben las declaraciones irreflexivas sobre los servicios que presta el Estado a través de su personal ni sobre su rendimiento profesional, sobre todo cuando su único objetivo es crear polémica y no aportar soluciones.

Por todo ello, las organizaciones sindicales y profesionales firmantes de este manifiesto, conscientes de que no se puede devaluar la importancia de la función pública ni del servicio que presta al conjunto de la ciudadanía, exigimos a todas las personas con responsabilidad política una implicación activa en la defensa del persona empleado público y de los servicios públicos.   

ANPE  AIDUMUR  AUGC  CCOO  CSIF  GESTHA  INTERSINDICAL  SATSE  SIAT  SIDI  SIME  SUP  UFP  UNIÓNGC  UGT  USAE  USO

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