La subida del IPC en septiembre muestra la decisión de las empresas de trasladar casi íntegramente la subida de impuestos y refleja con claridad la falta de implicación de los empresarios españoles en la solución de la dramática situación por la que atraviesa la economía y la sociedad española.
El crecimiento de los precios al consumo en un 1% durante el mes de septiembre acumula un índice del 1,6% desde principio de año y una tasa en los doce meses del 3,3%, en la Región de Murcia. Prácticamente todos los grupos han colaborado a la subida de precios, aunque destacan por su mayor dimensión los de Vestido y Calzado 2,8 y Medicina 4,5.
La decisión de las empresas de trasladar casi íntegramente la subida de impuestos refleja con claridad la falta de implicación de los empresarios españoles en la solución de la dramática situación por la que atraviesa la economía y la sociedad española. El control de precios es un elemento básico para recuperar competitividad y crear empleo pero también para limitar el sufrimiento de las personas en peor situación, aquellas que no tienen rentas.
Esta subida, por otra parte, muestra las consecuencias de una obligada elevación de la imposición sobre el consumo por la renuncia a luchar contra el ingente fraude fiscal, que permanece impune en la economía española con la connivencia del gobierno porque no se limita a no atacarlo con la ambición necesaria sino que lo incentiva al conceder una amnistía fiscal.
España mantiene tipos de gravamen similares en casi todos los impuestos o, incluso, superiores, a la media de los países de la zona euro y, sin embargo, recauda 10,2 puntos del PIB menos. La lucha contra el fraude fiscal es la principal solución a los problemas de la economía española (saneamiento de las cuentas públicas y reactivación macroeconómica).
