La implantación y el desarrollo del nuevo programa de enseñanza digital e-XXI, que se llevará a cabo en 25 institutos de la Región el próximo curso escolar 2013-2014, "no supondrá, en ningún caso, un encarecimiento a las familias". Así lo aseguró esta semana el titular de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, durante la presentación del programa, donde negó que "este modelo de enseñanza supusiera algún tipo de discriminación para las familias de la Región".

En este sentido, Sotoca explicó que el precio del lote de libros digitales para 1° de la ESO oscila entre los 35 y los 95 euros, "lo que supone un precio notablemente inferior a los 200 o 250 euros que cuesta el mismo lote, en formato papel o convencional".

Además, afirmó que "las familias con rentas bajas participarán en la misma convocatoria de subvenciones para la adquisición de material escolar y de libros, ya sea en un formato o en otro y sin que haya ningún tipo de distinción".

En cuanto al precio del dispositivo que será necesario para seguir el currículum íntegramente en soporte digital, el consejero explicó que "el coste estimado para adquirir un ordenador portátil, netbook o tablet, ronda los 150 euros, un coste que las familias que aún no dispongan de un dispositivo como éste rentabilizarán durante los cuatro años que la Consejería garantiza que estará en marcha este proyecto".

Por todo ello, señaló que "sin ser un modelo de enseñanza más caro, lo que está haciendo la Consejería es abrir aún más el abanico de posibilidades educativas que ofrecer a las familias, que libremente elegirán el tipo de enseñanza que quieren para sus hijos".

La Consejería pondrá a disposición de los centros plataformas educativas, equipos informáticos de apoyo en los distintos departamentos del centro, un servicio de soporte técnico durante los primeros meses desde su puesta en marcha y formación personalizada en función de las necesidades del profesorado.

Para la Consejería, las ventajas de este modelo de enseñanza son muchas, entre ellas la flexibilidad y la motivación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El uso de la tecnología facilita una metodología más adaptada a las necesidades del alumno, donde el profesor marca el ritmo, el nivel de refuerzo y profundización que cada uno necesite para alcanzar el cien por cien de su rendimiento académico.

Sotoca destacó que la implantación de este modelo de enseñanza "supone una transformación cultural y tecnológica muy significativa, por lo que su desarrollo es voluntario, y deberá contar para su puesta en marcha con el visto bueno de toda la comunidad educativa del centro, tanto del claustro del profesores como de las familias".