Más de 1.000 plantas restauran el paisaje protegido de Saladares del Guadalentín

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Los ejemplares pertenecen al arbusto Halocnemum Strobilaceum, especie autóctona de elevado valor ecológico incluida como vulnerable en el Catálogo Regional de Flora Protegía de la Región de Murcia

Más de 1.000 plantas restauran el paisaje protegido de Saladares del Guadalentín

El espacio protegido cuenta con figuras de protección comunitaria como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC)

La Consejería de Presidencia, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, realizó, en colaboración con la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, una plantación de 1.000 ejemplares del arbusto Halocnemum Strobilaceum, especie autóctona de elevado valor ecológico incluida como vulnerable en el Catálogo Regional de Flora Protegía de la Región de Murcia.

El objetivo es contribuir a la regeneración de la población natural del paisaje protegido de los Saladares del Guadalentín, caracterizado por integrar el tipo más genuino de humedal continental de la Región y clasificado como criptohumedal continental asociado a llanuras de inundación.

Con la finalidad de impulsar el valor ecológico, paisajístico y etnológico de este espacio natural, se plantaron, en estado de plántula, ejemplares de Halocnemum Strobilaceum, una especie arbustiva autóctona del sureste peninsular y halófita, adaptada a suelos salinos y a climas semiáridos. Los ejemplares proceden del vivero forestal 'El Valle', situado en La Alberca (Murcia) y dependiente de la Consejería.

Un entorno natural especial

Los Saladares del Guadalentín se localizan en el Valle del Guadalentín, entre las montañas de Sierra Espuña y Carrascoy y dentro de los términos municipales de Totana y Alhama de Murcia. Esta zona cuenta con una extensión de 2.034 hectáreas y una longitud de norte a sur de 14,5 kilómetros.

Constituyen un humedal salino formado por un conjunto de fragmentos de saladar alineados en torno a los cauces del río Guadalentín y la rambla de Las Salinas e inmersos en una matriz de cultivos y construcciones humanas.

Su importancia reside en las peculiares comunidades de aves que de él dependen, contando por ello con figuras de protección comunitaria como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). La estructura de la vegetación natural y la ausencia de una lámina de agua superficial producen un hábitat óptimo para las aves de tipo estepario, apareciendo una comunidad ornitológica relevante a escala nacional y europea.

La aparente contradicción ambiental entre subsuelo húmedo y superficie esteparia se resuelve al constatar la intensa dependencia entre ambos subsistemas a través de intensos procesos de evapotranspiración. La alta participación de materiales salinos en estos procesos deviene en un paisaje y vegetación de estepa salina, un ecosistema extremadamente singular a escala europea.

La característica más importante de los Saladares del Guadalentín es su paisaje de cárcavas, barranquizos y cañones, desprovisto de cubierta vegetal, conocido como 'badlands' o paisaje lunar, así como sus suelos halomorfos por procesos de salinización en los fondos de los cauces.

Los Saladares del Guadalentín poseen una variada representación de comunidades halófilas y las más características son las de saladar, con la presencia del almarjo (Halocnemum Strobilaceum) como especie de mayor valor ecológico, ya que presenta una de las poblaciones más importantes de España.

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