Hasta el próximo 30 de abril se podrá visitar la exposición que relata su trayectoria y los diferentes usos: desde alcázar musulmán, pasando por palacio cristiano, sede de la Inquisición, así como de dos diarios de referencia en la región El Liberal y Línea

El órgano colegial lo adquirió en 1978 y lo reconstruyó conforme al proyecto ganador del concurso convocado, marcado por su carácter conservacionista y al tiempo vanguardista, pionero para su época

El Colegio de Arquitectos de la Región, COAMU, celebra el 30 aniversario de la rehabilitación del histórico edificio que acoge su sede. Para ello ha celebrado una conferencia y mesa redonda, que ha culminado con la inauguración de la exposición titulada 'Cómo renace un edificio' que desvela los diferentes usos que ha tenido el recinto y las diferentes transformaciones que ha sufrido el mismo y que estará expuesta hasta el próximo 30 de abril.

Durante la charla el decano del Colegio de Arquitectos, Antonio García Herrero, ha afirmado que "la sede supone el último eslabón de una larga cadena de transformaciones edificatorias a partir del primer asentamiento musulmán, que ha ido materializando a lo largo de más de ochocientos años una relación de poder con la ciudad y el territorio en casi toda su trayectoria, ya que ha sido alcázar musulman y, después, palacio cristiano, dependencias administrativas, sede de la inquisición, así como de dos diarios de referencia, hasta desembocar en otra representatividad más participativa, llegando a adquirir el uso democrático y corporativo que conocemos en nuestros días".

Tras adquirirlo en 1978 para la futura sede del Colegio de Arquitectos, desvinculándose así de la organización colegial de Valencia, en asamblea acordaron convocar un concurso de anteproyectos que se adjudicó a los arquitectos José Luis de Arana Amurrio y María Aroca Hernández-Ros, equipo al que se incorpora Juan Antonio Molina Serrano como colaborador en la dirección de las mismas. El proyecto fue pionero para la época, pues compaginaba la rehabilitación y preservación de los restos que se conservaban, prácticamente la fachada, con la vanguardia del diseño y su funcionalidad. De hecho, ha recibido diversos galardones entre los que destaca el Premio Regional de Calidad en la Edificación Región de Murcia, otorgado por la Consejería de Obras Públicas en 2008.

Las obras finalizaron en septiembre de 1982, año en que el COAMU se constituyó definitivamente, y la inauguración oficial del edificio sería en junio de 1983. Así, edificio e institución comenzaron juntos su andadura.

La intervención final, comparable en envergadura a la que en 1820 acometiese Bolarín respecto al conjunto palaciego del siglo XV, conserva y respeta la presencia urbana de una arquitectura singular, que finalmente encierra un uso contemporáneo de espacios diáfanos, borrando huellas de estados intermedios ajenos a sus orígenes históricos, a modo de purificación interior tras los muros que soportan la ciudad.

ENVOLVENTE DEL SIGLO XVIII E INTERIOR ACTUAL

Juan Antonio Molina Serrano ha definido el edificio, durante su intervención en la jornada, como "un envolvente del siglo XVIII en cuyo interior se desarrolla una edificio contemporáneo. Éste crea una escalera-calle rectilínea y luminosa que recorre un costado del recinto, dando acceso lateral a cada una de las plantas. Acompañando a la escalera, se crea un bloque de hormigón visto en cuyo espesor quedan encerradas todas las instalaciones del edificio, y donde sus accesos crean la auténtica nueva fachada. Cada una de las plantas queda, de esta forma, totalmente diáfana, permitiendo la máxima flexibilidad de uso".

La exposición, compuesta por planos, mapas, fotografías en gran formato y elementos audiovisuales, se podrá visitar hasta el 30 de abril en horario de 9 a 14.30 horas de lunes a viernes y, por la tarde, de 17 a 19 horas, de lunes a jueves.

MÁS DE 800 AÑOS DE HISTORIA

Enrique III de Castilla construye entre 1404 y 1406 su morada real sobre estructuras preexistentes, dentro del recinto musulmán del Al-kázar-kabir, que en los repartos de Alfonso X se habían desmembrado, reservándose el monarca castellano el antiguo Palacio de la Sultanía, en la parte sur de la Alcazaba, junto a la Puerta Bib-Ifriquia (Puerta de África o del Puente, actual Puente Viejo) perteneciente a la muralla musulmana del siglo XII.

Este edificio, que tuvo dos torres defensivas almenadas hasta 1715 y 1717, en que se desmoronaron por ruina, sufrió continuas reparaciones en sus adaptaciones a usos diversos y simultáneos, siempre condicionados por la presencia de la muralla, que dividía en dos partes el recinto hasta la reforma de 1748. En su interior se organizaban en torno a patios y en doble piso cocheras, pescadería, Oficio del Juzgado, Casa del Inquisidor, Proveeduría, Casa del Alcalde, Archivos, Sala de Audiencias, … y Cárceles Secretas en su zona de levante. En 1745 también se traslada allí la Cofradía del Glorioso Mártir San Pedro de Verona.

Pero es en 1748 cuando, por serias deficiencias del edificio, y coincidiendo con la reorganización interior que precisan las dependencias para la sede oficial del Santo Oficio, se acometen importantes reformas que han de durar hasta 1753.

A comienzos del siglo XIX se vuelve a pedir ayuda económica para arreglar el edificio, y Fernando VII autoriza la construcción de uno nuevo, encargando en 1816 al arquitecto Francisco Bolarín, el Viejo, el proyecto de lo que ha de ser el Palacio del Santo Oficio tal como en su forma externa ha llegado hasta nosotros. Así, en 1820 se va a derribar la parte del Alcázar necesaria para los nuevos fines, y en 1823 se finalizan las obras. Las cárceles permanecieron, pasando a pertenecer al Colegio de San Isidoro.

La nueva construcción "…es un edificio de armónicas proporciones, donde el neoclasicismo del reinado de Carlos IV se advierte todavía en el dibujo de sus correctísimas y bellas ventanas, así como en la gran puerta y en el frontón que la corona. La absoluta majestad de esta construcción hacen de ella un bello y estimado caserón murciano… Los materiales con que fue ejecutada la fábrica del edificio consisten principalmente en muros de carga interiores y de fachada, resueltos los primeros con mortero de cal y piedra, y los segundos, con sillería de piedra natural en sus zócalos y recercado de huecos…" (José Luis Morales y Marín. "El Alcázar de la Inquisición en Murcia". Murgetana, n°46. 1977. Academia de Alfonso X el Sabio. Murcia).

En 1834, con la Desamortización de Mendizábal y la abolición definitiva de la Inquisición, fue vendido y más tarde recuperado por el Estado. Allí se instaló temporalmente la Diputación Provincial, y los departamentos en los que estaba dividido el edificio se pusieron en venta por separado. En 1835 el complejo se destina a cárcel, originando protestas y pleitos por parte de los recientes propietarios.

Con el siglo XX, nace en 1902 el periódico "El Liberal", dirigido por Pedro Jara Carrillo, instalando sus talleres y redacción en el edificio que nos ocupa. Será en 1938 cuando, en plena Guerra Civil, se crea el diario de Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE) "Línea", que viene a ocupar las dependencias del desaparecido "El Liberal". Allí permanecerá hasta 1975, en que traslada su sede a la Avenida de la Fama hasta su desaparición.

Así es como este viejo caserón llega hasta 1978, desmantelado y con apenas vestigios interiores de lo que Bolarín el Viejo había construido. Exteriormente conservaba el cerramiento, con alguna intervención intrusa puntual en su planta baja, los huecos, balcones, portada… todo ello envejecido y solapado con los restos de su anterior ocupante.

Ya en 1978 la Asamblea General Ordinaria del Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia y Murcia, Demarcación de Murcia, acuerda convocar un Concurso de Anteproyectos para nueva sede colegial, en el edificio de la calle Jara Carrillo (antiguo Palacio del Santo Oficio), recientemente adquirido para el futuro Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia (COAMU), en trámite de creación.