El segundo Congreso nacional de Trabajo Social, Criminología y Voluntariado penitenciario reúne a especialistas, profesionales y voluntarios que desarrollan su función en este ámbito
Cerca de 100 internos con drogodependencia en prisiones de la Región recibieron tratamiento el año pasado para superar su adicción a través del programa 'Matrix' de intervención psicosocial, que atiende anualmente a cerca de 1.500 personas.
En total 5.900 personas fueron atendidas en 2015 por adicción al alcohol o las drogas en los centros de drogodependencia.
Este modelo de trabajo ha formado a 590 profesionales sanitarios y de servicios sociales, además de cinco supervisores clínicos y ha habilitado a 162 terapeutas para favorecer la integración de los drogodependientes.
El hospital Reina Sofía de Murcia acoge desde ayer y hasta hoy el segundo Congreso nacional de Trabajo Social, Criminología y Voluntariado penitenciario, organizado por la Asociación de Trabajadores Sociales de Instituciones Penitenciarias, el Centro Penitenciario Murcia I, el Colectivo Paréntesis, con la colaboración de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones, la Fundación para la Formación e Investigación Sanitaria (FFIS), la Universidad Católica de Murcia, Treatnet Spain, y la Escuela de Formación Matrix.
El congreso constituye un espacio de encuentro entre profesionales y voluntarios que desarrollan su función en el marco de la privación de libertad.
El modelo 'Matrix', que se desarrolló en los años 80 en Los Ángeles para pacientes dependientes de alcohol y estimulantes, consiste en un tratamiento originalmente ambulatorio específico para alcohol y cocaína, que se ha incorporado a la oferta asistencial de la red de salud mental y drogodependencia de atención especializada del Servicio Murciano de Salud (SMS).
El director general de Salud Pública y Adicciones, Manuel Molina Boix, que asistió al congreso, explicó que el programa se ha aplicado en 13 centros asistenciales especializados y cuatro centros asistenciales acreditados, dos públicos y dos privados, de la Región. Por otro lado, señaló que "este modelo es idóneo para aplicarlo en el ámbito penitenciario porque amplía su espectro a la deshabituación de 50 internos cada seis meses, y facilita la recuperación a través del apoyo de asociaciones de ayuda mutua, creando dispositivos de apoyo para la inserción con viviendas supervisadas".
Experiencia pionera
Este modelo de tratamiento intensivo estaba implantado en los dispositivos de drogas de las áreas de salud del SMS, pero su implantación desde hace dos años en el ámbito penitenciario ha supuesto una experiencia pionera a nivel nacional. Para ello, los profesionales de los centros penitenciarios y de la Consejería de Sanidad han adaptado los contenidos y materiales del tratamiento original y desarrollado una nueva versión, programa 'Matrix penitenciario' (PMP).
La aplicación del modelo Matrix entre la población reclusa en la prisión Murcia I de Sangonera se ha llevado a cabo con éxito, con el desarrollo de tres grupos, con un total de 50 usuarios que han recibido el alta terapéutica.
Además, la escuela de formación Matrix supervisa al equipo terapéutico que desarrolla modelo penitenciario y existe una comisión de expertos constituida por profesionales de los centros penitenciarios Murcia I y II (Campos del Río), de la Consejería de Sanidad, del CIS Guillermo Miranda y del colectivo Paréntesis, que actualiza continuamente los materiales.
La Encuesta estatal sobre salud y drogas 2011 revela que la población penitenciaria antes de su entrada en prisión mostraba prevalencias de consumo muy superiores a las de la población general.
Asimismo, los datos indican que las prisiones no contribuyen a extender el consumo de drogas, ya que solo un pequeño número de internos declara haberse iniciado en ellas dentro de la prisión y la proporción de consumidores es mucho menor dentro de la prisión que en situación de libertad, también es menor la frecuencia de consumo.
Los datos indican que el consumo ha disminuido con respecto a los registrados en la realizada en 2000. Además, pone de relieve el importante papel que desempeñan los centros penitenciarios en lo relativo al tratamiento del abuso de sustancias psicoactivas, pues las prisiones están contribuyendo a que muchos consumidores inicien o mantengan el tratamiento indicado para su adicción.
