Hechos como el ocurrido en Atocha, Niza o en Berlín son tragedias que nos encogen el corazón. Estos atentados como otros muchos donde han provocado numerosas pérdidas humanas, nos hacen ver la cruda realidad y saber que esto no ha acabado y que nuestro país al igual que el resto del mundo estamos en el punto de mira. La seguridad nacional de nuestro país está en grave peligro. La ciudadanía pretende hacer una vida normal como si este riesgo no existiese, pero desgraciadamente está ahí al acecho. Y aunque a través de los diferentes medios de comunicación, a través de comunicados del Ministerio del Interior se nos quiere hacer llegar un mensaje de tranquilidad, haciéndonos ver que se están tomando las medidas de seguridad necesarias, sabemos que no es así, no hay más que darse cuenta de que en cualquier estación de tren, de autobús o aeropuerto, la seguridad es escasa, no se extrema teniendo en cuenta el momento tan delicado que vivimos.

Marea Negra protege los intereses de los profesionales del sector de la seguridad privada, pero también se preocupa de que  los servicios que prestamos a los ciudadanos sean de calidad con los  que  garantizar la seguridad de todos aquellos ciudadanos que utilizan servicios como los mencionados anteriormente o cualquier otro.

Es obvio que la seguridad al cien por cien es inexistente pero, tenemos una serie de preguntas para la Delegación del Gobierno y la Comunidad Autónoma de Murcia:

¿Qué medidas extraordinarias en materia de seguridad se están tomando en la ciudad en  estas fiestas?

¿Se sienten seguros los ciudadanos los murcianos?

Estas preguntas las hacemos porque vemos que hay una serie de opciones que las administraciones la mayoría de las veces obvian y de esto es a lo que queremos referirnos a continuación. La seguridad nacional de nuestro país es una obligación de todos. Salvaguardarla  no solo es exclusividad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y al no existir los suficientes efectivos todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, algunos se preguntaran dónde queremos llegar, pues muy fácil. Lo primero que se debería hacer  es cambiar la ley 2/86 del 13 marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y con ella dar entrada a un nuevo modelo de seguridad estatal, donde ya hay sindicatos policiales que lo proponen, de esta manera  al igual  que hablan de las policías locales se debería estudiar e introducir a la seguridad privada en la creación de esa nueva ley  ya que esta es subordinada y auxiliar de las  Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Habrá ciudadanos ceutíes que se pregunten por qué la seguridad privada debería estar presente en la creación de la nueva ley de las FCSE. Es cierto que estos profesionales pertenecen a empresas de seguridad privada pero desde nuestro punto de vista como asociación, hemos de comunicar que cada día estos profesionales están más involucrados en la seguridad pública que en la privada, con lo cual si a estos profesionales se les diera  una mejor formación y adiestramiento sería un acierto incluirlos en el nuevo modelo de seguridad estatal y de este modo y a su vez jurídicamente, estos profesionales saldrían reforzados a la hora de poder llevar a cabo su trabajo con mayor destreza y contar con una protección que en la actualidad no disponen.

Queremos dejar claro que no pretendemos que se nos mal interprete, ya que seguiríamos siendo subordinados, pero una mayor colaboración, fusión y coordinación crearía un modelo de seguridad más completa y eficiente. Lo que necesitamos para poder luchar contra este fenómeno llamado terrorismo yihadista es un modelo policial eficiente y organizado.

Pensamos que en la Comunidad Autónoma de Murcia si las policías estatales, locales como la seguridad privada, entrecruzaran la información de la que disponen formarían un muro infranqueable ante cualquier  incidente que intentara tocar un pilar tan importante como es su seguridad.

Muy importante es que ese nuevo modelo de policía es que fuese totalmente independiente sin estar ligado a ningún partido político y separar muy bien, lo que es la labor policial ya que hay que dejarla en manos de expertos.

Lo que sí está claro es que el colectivo de la seguridad privada se creó con el fin de satisfacer intereses que nada tienen que ver con los propios de ofrecer seguridad, sino más bien, para satisfacer los intereses personales de muchos políticos y empresarios. De ahí que la  ciudadanía tenga una visión deformada que nada tiene que ver con la realidad y con el trabajo que desempeñan miles de profesionales a diario en todo nuestro país. Si mañana ningún profesional acudiera a su puesto de trabajo, ¿qué ocurriría?.