Hoja de ruta para la recuperación del Mar Menor

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Hoja de ruta para la recuperación del Mar Menor

Introducción 

El Mar Menor es la laguna de agua salada española de mayor extensión. Tiene un gran valor ambiental y cuenta con numerosas figuras de protección.

Sin embargo, asistimos a una profunda alteración de sus condiciones naturales ligada a la gran concentración de actividades humanas -uso de fertilizantes nitrogenados derivados fundamentalmente de la agricultura intensiva, desarrollo urbano con impactos acumulados de vertidos, actividad ligada a proliferación de puertos deportivos, dragados de arenas, escorrentía de metales pesados de las actividades mineras, navegación y fondeos, y alteraciones hidromorfológicas-, que han generado impactos significativos acumulados, en los últimos cuarenta años, sobre el estado ecológico y químico de la laguna y han superado la capacidad de carga del ecosistema, afectando severamente su funcionamiento.

La estabilidad ecológica y la capacidad de resiliencia son limitadas, y están condicionadas por las perturbaciones que incrementen el grado de estrés al que se ve sometida. Se hace necesario recuperar la laguna y revertir esta situación, eliminando o minimizando los impactos generados por un modelo productivo y de desarrollo insostenible que es necesario superar.

Por todo ello, proponemos esta Hoja de Ruta en la que se incluyen medidas inmediatas de competencia del Ministerio para la Transición Ecológica, con la finalidad de paliar la situación de deterioro. Junto a ello, se recomienda la aplicación de medidas estructurales que permitan recuperar el buen estado de la masa de agua y su ecosistema asociado. Un cambio que implica abordar la mejora en la gestión del territorio y de los recursos naturales tanto en la laguna como en su área de influencia, la cuenca vertiente, permitiendo la regeneración del Mar Menor y su sostenibilidad a largo plazo.

Capítulo 1.- Actuaciones a corto plazo de la Administración General del Estado 

En un horizonte temporal corto, desde el ámbito competencial del Ministerio para la Transición Ecológica, se propone: 

Línea 1. Reforzar la inspección y la disciplina de la Ley de Aguas y la Ley de Costas

En 2018 y 2019, se han identificado numerosas parcelas de regadío ubicadas fuera de los perímetros legales de riego o sin autorización.

La superficie conjunta de todas estas parcelas ronda las 8.000 ha, que se elevan a unas 9.500 ha si se compara con la envolvente de los tres años anteriores (2015, 2016 y 2017).

La superficie concesional (con concesión de aguas de la Confederación Hidrográfica de la Demarcación del Segura) es de 43.071 ha pero según datos de la Fiscalía puede haber 20.000 Has que utilizan agua sin autorización.

Dada la situación en la que se encuentra la laguna y de acuerdo con la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de responsabilidad medioambiental, podría procederse a la iniciación del correspondiente procedimiento de exigencia de responsabilidad medioambiental y a la adopción, en su caso, de medidas de prevención y evitación de nuevos daños.

Con objeto de hacer frente a esta situación, en aquellos aspectos que son competencia del MITECO es necesario reforzar las actuaciones ya emprendidas para detectar, corregir y prevenir todos los posibles incumplimientos de la legislación de aguas y de costas que se están produciendo para lo que se establecen las siguientes actuaciones: 

 Inspección y sanción en las superficies que no tienen derechos de uso de agua inscritos y desalobradoras 

  • Identificación de las parcelas concretas a las que no se encuentra asociado ningún aprovechamiento inscrito en el Registro o Catálogo de Aguas.
  • Inspección y, en su caso, instrucción de procedimientos sancionadores (con los cierres de actividad correspondientes, de competencia del organismo de cuenca) a aquellos predios que incumplan el marco normativo vigente.
  • Inspección y, en su caso, clausura, de las estaciones desalobradas de carácter privado que se encuentren fuera de la legalidad.
  • Refuerzo de medios destinados a las tareas de inspección y control desarrolladas por el Organismo de cuenca respecto de explotaciones de regadío ilegal, así como de desalobradoras ilegales, pozos y vertidos al DPH.
  • Se harán públicos los datos sobre las infracciones detectadas, superficies afectadas, impactos, sanciones y medidas adoptadas, de acuerdo con la legislación de aguas y de protección de datos de carácter personal.
  • Revisión del deslinde del dominio público hidráulico en la zona.

No se considera necesario adoptar nueva normativa específica pero sí asegurar un escrupuloso cumplimiento de la regulación vigente.

Por ello, debe reforzarse la coordinación entre administraciones y garantizar el seguimiento continuo de la aplicación de sanciones (precintado explotaciones agrarias, cierre desalobradoras ilegales y medidas de restitución a la situación anterior) a través de un grupo de trabajo de la Comisión Bilateral entre la AGE y la Administración de la CARM sobre el Mar Menor.

Esta coordinación debe extenderse al seguimiento de las medidas que se impongan sobre la utilización de mejores prácticas agrícolas.

Inspección y sanción en materia de protección del Dominio público marítimo terrestre 

  • Incoación, tramitación y resolución de los expedientes sancionadores y de recuperación del dominio público marítimo-terrestre.
  • Valoración de la posibilidad de rescatar o revocar derechos concesionales si se estima necesario para garantizar la integridad del Mar Menor.
  • Intensificación del control y la vigilancia de la ocupación del dominio público, en particular, por emisarios que posibiliten vertidos al Mar Menor.
  • Inventario de presiones e impactos, que será útil para identificar infracciones.

Por otra parte, tras varios meses de trabajo, está en fase de conclusión el Plan de protección de borde litoral del Mar Menor, en cuyo seno, entre otras cuestiones, se concluye la necesidad de revisar el actual deslinde del dominio público marítimo- terrestre en toda la zona del Mar Menor, con criterios más exigentes desde el punto de vista medioambiental e incorporando al dominio aquellos terrenos con características naturales propias de dicho dominio.

También se trabaja ya en la detección de ocupaciones indebidas o inconvenientes para el dominio público, con vistas a su recuperación.

Línea 2. Actuaciones para retener y eliminar la entrada de nutrientes a la laguna 

Las fuentes de contaminación puntual superficial en el Mar Menor son fundamentalmente dos: 

 - Las que se producen en la desembocadura de la Rambla de El Albujón, por arrastre en los episodios de escorrentías superficiales por lluvias intensas y drenajes del acuífero del Campo de Cartagena.

- Las relacionadas con los posibles vertidos puntuales de desbordamientos procedentes de los sistemas de alcantarillado y depuración.

Las actuaciones establecidas para hacer frente a ambas fuentes de contaminación se basan en la implantación de medidas de retención y filtrado, basadas en la naturaleza, y más en concreto, en la creación de superficies de humedales periféricos a la laguna y en la construcción de humedales artificiales, de acuerdo con las mejores tecnologías disponibles en esta materia.

Como medida transitoria, se está implementando la recogida de escorrentías de la rambla del Albujón (superficiales y drenajes del acuífero para disminuir la escorrentía a la laguna costera) y su desnitrificación, condicionando el uso del agua para riego a prácticas de fertilización adecuadas, lo que implicará tanto a los usuarios agrícolas como a la CARM.

Línea 3. Cartografía de puntos calientes de presiones sobre el mar menor

La diversidad de presiones que recibe la laguna, en lo relativo a su tipología, ubicación y magnitud, requiere la generación de una cartografía actualizada de puntos calientes (hotspots) de presiones.

La cuenca vertiente al Mar Menor sufre, entre otros, el impacto de presiones relevantes relacionadas con: i. los vertidos urbanos, ii. la extracción de aguas subterráneas o iii. la fertilización artificial de sus aguas, procedente de las explotaciones agro-pecuarias, tal y como se muestra en las figuras adjuntas.

La cartografía de hotspots de presiones permitirá contar con una información actualizada sobre el origen e incidencia de los impactos asociados, y optimizar así la labor conjunta de todas las administraciones y entidades que tienen competencia en la resolución de los problemas que sufre el Mar Menor.

Existen suficientes fuentes de información, tanto en la administración estatal como en la autonómica, para contar con información de partida.

Línea 4. Estudio del estado de la laguna y la dinámica de los acuíferos 

El complejo funcionamiento del ámbito terrestre y litoral asociado al Mar Menor, evidenciado durante los episodios críticos recientes, requiere un análisis detallado de la dinámica de la laguna, que permita una mejora efectiva del conocimiento, así como la adopción de medidas óptimas para paliar o eliminar los problemas descritos.

Con este objetivo se ha establecido la realización de un análisis integrado, que comprenderá diferentes estudios de alta resolución.

Dichos trabajos serán realizados por entidades de referencia en el ámbito nacional, y estarán disponibles en el plazo aproximado de un mes: 

  • Estudio de la dinámica de los acuíferos (IGME) 
  • Estado de la laguna y causas del deterioro (IEO) 

Asimismo, se analizará la capacidad de desarrollo de actividades en la cuenca vertiente, identificando aquellas que resulten compatibles con el buen estado de la laguna, bajo diferentes escenarios climáticos y de usos del suelo.

Los informes deberán contener, además, medidas que pueden abordarse, recomendaciones y escenarios. En función de los resultados del informe, se valorarán nuevas actuaciones.

Capítulo 2.- Actuaciones estructurales 

El buen estado de la laguna del Mar Menor depende del equilibrio de un gran número de factores, tanto naturales como humanos.

La adecuada gestión de la laguna exige la aplicación del enfoque ecosistémico, es decir, la consideración del Mar Menor y las características de su entorno como un todo que se debe ordenar de manera conjunta.

En este sentido, tanto las variables ambientales como las actividades humanas se deben tener en cuenta de manera holística, de manera que se garantice que el conjunto de las presiones sobre la laguna se mantiene en niveles compatibles con la conservación de sus valores ambientales, para no comprometer la resiliencia del sistema natural manteniendo los usos y aprovechamientos que sean sostenibles a largo plazo, y en las condiciones que sean más adecuadas.

Es necesario, pues, diseñar una serie de actuaciones estructurales que, desde la gestión ecosistémica, restablezcan y mantengan a largo plazo el equilibrio del Mar Menor.

Ello requiere acciones ligadas a un cambio de modelo productivo y de desarrollo con el que deben comprometerse todos los actores del territorio, públicos y privados, puesto que el vigente se ha revelado como insostenible.

1. Agricultura, ganadería y agroindustria y sector pesquero

La entrada de nutrientes por aportes superficiales, alcanza valores muy significativos, en términos redondos entre 35 y 40 Hm3 anuales, por lo que hay que reducir en origen los nutrientes exportados por las actividades agrarias, así como los nutrientes acumulados en la cuenca, de forma que tales entradas de agua y la dinámica hidrológica natural no impliquen la entrada de grandes cargas de nutrientes en el Mar Menor.

La ganadería de porcino, con 446 explotaciones y un censo de ganado de 786.864 cabezas, supone 5.800 toneladas de nitrógeno/año procedente de los purines.

Estas cifras de entrada de nutrientes exigen la aplicación de políticas de incentivación de buenas prácticas agrícolas, que se pueden instrumentar a través de algunas de las medias de apoyo recogidas en el Primer y en el Segundo Pilar de la Política Agraria Común (PAC).

Si bien, en muchos casos, los productores de frutas y hortalizas, como puede ser el caso de los productores del Campo de Cartagena, no reciben pagos directos, sí reciben apoyos de la PAC, a través de las ayudas a las organizaciones de productores de frutas y hortalizas a las que están adheridos.

Una asociación de este tipo recibe ayudas a través de programas operativos, cuyas medidas están financiadas por el FEAGA hasta un 50% de los gastos derivados (con un cierto límite del importe total de la producción).

Estas medidas que, en todo caso, están condicionadas al cumplimiento con la legalidad en materia de aguas, deberían utilizarse por las organizaciones de productores para implementar medidas de carácter ambiental que redunden particularmente en una mejora de la calidad del agua.

En cuanto a las ayudas del Segundo Pilar al Desarrollo Rural (FEADER), las medidas son diseñadas por la Comunidad Autónoma.

Aunque ya están definidas para el actual periodo de programación, pueden ser objeto de una reprogramación y ser destinados, por ejemplo, al fomento de mejores prácticas agrícolas en el Campo de Cartagena (uso de fertilizantes orgánicos, cultivo según las curvas de nivel, etc). Todo lo anterior se refiere a la PAC vigente. En 2020, se define una nueva PAC que se aplicará previsiblemente a partir de 2022.

Con la nueva PAC cabe la posibilidad de que la autoridad competente en agua zonifique la totalidad de la cuenca vertiente al Mar Menor, según su interacción con la calidad de sus aguas, y que esta zonificación se emplee para condicionar las ayudas.

Dado que nos encontramos ante una Zona declarada Vulnerable por la Directiva relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias, se plantean las siguientes cuestiones: 

  • Actuaciones para mejorar las prácticas de fertilización en la agricultura existente, avanzando hacia la reducción del uso de fertilizantes convencionales y la utilización de fertilizantes orgánicos (de modo que se minore sustantivamente la carga y se garantice la recuperación del equilibrio) 
  • Medidas para esponjar el territorio disminuyendo las diferentes presiones sobre el Mar Menor.
  • Establecimiento de filtros verdes en parcelas, humedales artificiales y otras actuaciones de regeneración que integren soluciones basadas en la naturaleza, así como otras actuaciones de restauración en las parcelas y protección del suelo 
  • Implantación y desarrollo de prácticas agrarias que disminuyan la erosión y el arrastre de solidos 
  • Control y adecuación de instalaciones de almacenamiento de deyecciones ganaderas 
  • Aplicación del Programa de Actuación en las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, así como del Código de Buenas Prácticas Agrarias
  • Identificación de los métodos empleados para la comprobación de las cantidades de nitrógeno aportado 
  • Medidas de control de las explotaciones ganaderas en la región, sobre todo, en lo referente al almacenamiento de estiércol y purines 
  • Seguimiento de los expedientes sancionadores o de otro tipo se han incoado en relación con los controles requeridos
El sector pesquero ha sufrido directa y gravemente la degradación de la calidad del agua del Mar Menor. De hecho, la reciente mortandad de especies no sólo ha impedido prácticamente la comercialización de los productos pescados en estas fechas, sino que además compromete la imagen del producto para el futuro.

Como medida urgente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) está trabajando en una compensación de lucro cesante, vía ayudas de Estado cofinanciadas entre la Comunidad Autónoma y el MAPA.

Esta ayuda estaría concebida para un periodo que abarca desde la fecha en que han dejado de pescar -15 de octubre- hasta final de año 2019, y tendrá un coste aproximado para el Ministerio de 500.000 €.

Se trataría de una compensación articulada mediante ayudas de estado sin apoyo Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) y contando exclusivamente con presupuesto nacional.

La Comunidad Autónoma de Murcia (tras un eventual incremento de su plan financiero), podría articular ayudas vía FEMP en base a los siguientes conceptos: 

  • La recuperación y gestión del recurso 
  • La comercialización e imagen del producto 
  • Ayudas en el marco de la Organización de Productores que corresponda.

2. Ordenación del territorio, urbanismo e infraestructuras

En la actualidad, la mayoría de los municipios ribereños no disponen de planeamiento urbanístico adaptado a la Ley del suelo regional.

Y las directrices de ordenación del litoral de la Región de Murcia, aprobadas en 2004, no parecen haber garantizado una adecuada ordenación de la zona.

Por otra parte, existen hoy tres canales o golas en el Mar Menor desde las que se produce intercambio de agua con el Mar Mediterráneo: encañizadas de La Torre y El Ventorrillo, al norte, y los canales artificiales de El Estacio y Marchamalo.

El ensanche y dragado del Canal del Estacio, para la construcción de un puerto deportivo y un canal navegable, han inducido cambios drásticos en la hidrografía lagunar, en sus comunidades biológicas y en la producción pesquera, ha supuesto la mediterranización de la laguna, al incrementarse las entradas de agua del Mar Mediterráneo y reducirse su salinidad poblándose de especias propias del Mar Mediterráneo.

Actualmente, en el Mar Menor hay más de 2.300 embarcaciones fondeadas, existen 10 puertos deportivos, una de las mayores densidades de puertos deportivos de toda la costa mediterránea, 11 pantalanes, 24 canales de navegación y 56 fondeaderos.

Todo ello supone una presión muy significativa sobre el Mar Menor: implica presiones sobre el medio entre las que destacan la contaminación por vertido de residuos sólidos e hidrocarburos, el sellado del fondo por elementos de fondeos y la abrasión del fondo como consecuencia del arrastre producido por las anclas de las embarcaciones en los fondeos ocasionales.

Los puertos deportivos actúan como efecto barrera para la hidrodinámica lagunar, son fuente de contaminación y favorecen el enfangamiento.

Por ello, procede plantearse la conveniencia de sustituir o eliminar aquellas infraestructuras que mayores impactos provocan y reducir la carga de infraestructuras existente.

Se plantean a este respecto las siguientes cuestiones: 

  • Actualización y revisión del planeamiento urbanístico de los municipios de la zona.
  • Necesidad de otros instrumentos supramunicipales de ordenación territorial que garanticen la sostenibilidad territorial.
  • Medidas de ordenación de infraestructuras.

3. Saneamiento y depuradoras 

Los dos problemas del sistema de saneamiento son los desbordamientos en épocas de lluvias y la insuficiencia del sistema para retener las aguas residuales.

Hay algunos aspectos problemáticos como que un 14,2% de la red de saneamiento se encuentra deteriorada o en mal estado.

Los sistemas de depuración son antiguos (media entre 14 y 15 años de antigüedad) y no diseñados para el tamaño de la población actual, con la consiguiente disminución de la calidad de las aguas tratadas.

Para ello es necesario la mejora de los sistemas de drenaje urbano que reduzcan la carga contaminante de las aguas pluviales, la instalación de redes separativas (en los nuevos desarrollos urbanos y progresiva implantación de las mismas en los núcleos actuales), priorizando aquellos con mayor incidencia sobre el Mar Menor, así como la revisión de las necesidades de ampliación y mejora de las instalaciones de depuración y conexión al sistema de saneamiento de pequeñas aglomeraciones urbanas.

En este sentido, podrían planearse las siguientes cuestiones: 

  • Adecuación y mejora de las instalaciones de saneamiento y depuración existentes 
  • Necesidad de una gestión integral del saneamiento y de la depuración.

4. Residuos mineros 

Hay vertidos incontrolados por escorrentía o infiltración en el subsuelo desde explotaciones mineras antiguas no restauradas y balsas mineras abandonadas. Los residuos llegan a la laguna por episodios de escorrentía que desbordan las balsas o arrastran suelos contaminados. El problema se localiza en los sedimentos.

A este respecto pueden suscitarse las siguientes cuestiones: 

  • Necesidad de abordar la restauración de las zonas afectadas.
  • Necesidad de abordar la inertización de los suelos contaminados.

5. Figuras de protección 

Sobre el Mar Menor confluyen distintas figuras de protección, todas ellas de competencia autonómica. Así, es Red Natura 2000 (Zona Especial de Protección para las Aves, ZEPA, desde 2001 y Lugar de Importancia Comunitaria desde 1999; el Gobierno de la Región de Murcia aprobó la declaración del LIC como Zona Especial de Conservación, que fue publicada en el BORM del 19 de octubre de 2019), humedal Ramsar y Zona Especialmente Protegida de Interés para el Mediterráneo (ZEPIM), entre otras. Su gestión corresponde a la Comunidad Autónoma, si bien la existencia de estas figuras se ha revelado como insuficiente para preservar el área protegida.

Por ello, se plantea lo siguiente: 

  • Aplicación en el Mar Menor de la normativa de protección de espacios.
  • Idoneidad material y temporal de los instrumentos de gestión u ordenación existentes.
  • En particular, medidas, prohibiciones y limitaciones necesarias en el marco de estas figuras.
  • Seguimiento llevado a cabo sobre los espacios protegidos por estos instrumentos 
  • Aplicación a estos espacios del régimen sancionador previsto en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad

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