Expertos del sector debaten sobre la agricultura del futuro y el papel que juega la innovación para incrementar la producción con menos recursos.
En estos tiempos, donde prima la sostenibilidad y la innovación, la agricultura debe adaptarse a los nuevos escenarios y ejecutar las herramientas que permitan avanzar hacia una agricultura más sostenible, convirtiéndose en un mitigador del cambio climático, al mismo tiempo que debe existir un cambio de conciencia por parte de los consumidores hacia un consumo más responsable. Esta es una de las principales conclusiones del encuentro online "La Agricultura del Futuro: producir más con menos" organizado por la Fundación Ingenio, en colaboración con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
La cita, que ha tenido lugar hoy, ha sido conducida por Natalia Corbalán, directora de la Fundación Ingenio y presidida por Adolfo García, presidente de la Fundación Ingenio, quien ha hecho un llamamiento a todos los asistentes para "seguir reforzando el sector agrario y papel estratégico que tiene la agricultura dentro y fuera de nuestras fronteras".
El debate, que ha reunido a casi 50 personalidades institucionales a nivel regional y nacional, ha contado con la presencia de Marcos Montoiro, oficial de enlace de ONG y sociedad civil de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD); Víctor Morales, Director Técnico de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA); Víctor Castillo, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) y Roberto Scholtes, Director de Estrategia de UBS España. Todos ellos, han debatido durante más de una hora sobre la agricultura del futuro.
Durante su intervención, Marcos Montoiro, oficial de enlace de ONG y sociedad civil de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) ha puesto en valor la importancia de la tierra y de la agricultura en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estando presente en 15 y 12 objetivos respectivamente, y ha señalado que "es importante ver cómo protegiendo y rehabilitando la tierra podemos ayudar a cumplir los ODS. En la CNULD hemos trabajado en la tecnología de gestión sostenible de las tierras recopilando diferentes técnicas, así como en el monitoreo de la gestión de las tierras con indicadores para ver como las acciones realizadas ayudan a la rehabilitación de las tierras y como se puede asegurar la neutralidad en la degradación de las tierras." Además, ha añadido, "La celebración hoy del Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía bajo el lema FoodFeedFibre tiene como objetivo cambiar la actitud de la población hacia el principal factor impulsor de la desertificación y la degradación de las tierras. Si queremos contribuir a su protección y restauración, debemos escoger mejor lo que comemos y la ropa que usamos."
Sin embargo, no hay que olvidar la importancia de avanzar hacia una transformación ecológica, energética y agrícola, e incorporar una perspectiva más verde del sistema agrario, así lo señalaba Roberto Scholtes, Director de Estrategia de UBS España en una de sus intervenciones: "El Pacto Verde Europeo supone una oportunidad histórica para que la administración pública española, quien tiene que hacer el gran esfuerzo de integrar la transformación agrícola en el Plan Nacional de Reformas, que hasta ahora no incorpora este ángulo verde. Es el momento para que, desde las organizaciones de agricultores, la Fundación Ingenio y los gobiernos regionales vayan elevando al gobierno central un plan integral de reforma agraria que por fin puede tener los recursos europeos."
Natalia Corbalán, Directora de la Fundación Ingenio ha reflexionado sobre el papel que juega la sostenibilidad en la Fundación: "en términos de sostenibilidad tenemos como mantra que 'la tierra no es la herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos' con el fin alcanzar un modelo avanzado que sea una agricultura ejemplo y referencia a nivel mundial en innovación y tecnificación en agricultura de precisión y biotecnología. Queremos ser capaces de producir más, de una forma más sostenible y eficiente, adáptanos a los nuevos hábitos de consumo, pasando de una economía lineal a una circular, siendo parte activa de la revolución alimentaria."
Un concepto, el de la Economía Circular, cada día más presente en el ámbito de la agricultura, y es que este sector tiene unas tasas de reciclaje del 70%. En este sentido, Roberto Scholtes, hacía el apunte de que "la economía circular en la cadena agroalimentaria, junto a los cultivos de altura, la fabricación de alimentos en laboratorio, la biotecnología, el internet de las cosas, el blockchain y la robotización de la cadena de valor alimentaria, son las grandes apuestas de inversión en el sector agroalimentario por parte de grandes grupos inversores."
Agricultura responsable, comprometida e innovadora
La innovación se presenta como una de las posibles soluciones ante el gran reto al que se enfrentan los agricultores: satisfacer la demanda de alimentos de una población mundial en aumento a través de métodos sostenibles que minimicen el uso de los recursos hídricos y preserven el medioambiente. En este sentido, el sector agrario apuesta por la utilización de técnicas, procesos y metodologías que acompañen la aceleración tecnológica, y un claro ejemplo de ello es la agricultura de precisión y la biotecnología.
Víctor Castillo, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) ha comentado que toda innovación agraria debería ir encaminada hacia lo que denomina la "intensificación sostenible", es decir, el producir más por menos recursos o, como define Castillo, "producir alimentos suficientes y de calidad sin perjudicar los servicios ecosistémicos que son necesarios para otros sectores socio-económicos o para el bienestar humano". Además, ha añadido "cada vez se trabaja más en innovación y hay más evidencias de que existen practicas sostenibles de conservación de suelo y agua que ayudan a mantener la viabilidad de los sistemas agrícolas y que se conviertan en un mediador para la producción sostenible y la mitigación del cambio climático."
No hay que olvidar que el sector agroalimentario es uno de los más innovadores del país, donde el 63% de las empresas realizan de manera constante I+D+i a través de técnicas como el análisis de Big Data y el internet de las cosas en lo referente a la gestión del regadío, aplicaciones web que sirven como nuevos canales de comunicación con las comunidades de regantes, la utilización de tensiómetros y sondas de humedad o el uso de drones para realizar una monitorización constante y rápida detección de problemas, entre otros.
Por otro lado, el sector agroalimentario está comprometido con la protección de la salud de los consumidores a través de la optimización de recursos clave para consolidar un sector crucial en términos económicos y sociales en nuestro país, además de incorporar la innovación y la investigación para así frenar el impacto medioambiental.
