Denuncia contra la violencia psicológica e institucional hacia las mujeres con trastorno mental que deciden ser madres

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Denuncia contra la violencia psicológica e institucional hacia las mujeres con trastorno mental que deciden ser madres

El estigma que rodea a los problemas de salud mental hace que la sociedad y el entorno les traslade el mensaje de que no serán capaces de ser madres, una idea que muchas mujeres terminan interiorizando

A pesar de que toda persona tiene derecho a ser informada detalladamente sobre su diagnóstico y su tratamiento, en el caso de los trastornos mentales, muchas mujeres no reciben esta información en relación con la maternidad, lo cual provoca situaciones de desinformación y de paternalismo

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, tanto la Confederación Salud Mental España como la Federación Salud Mental Región de Murcia retoma por tercer año consecutivo la campaña #NosotrasSíContamos, que cuenta con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y que este año se centra en denunciar las situaciones que viven las mujeres con problemas de salud mental respecto a su maternidad. 

El estigma que rodea los trastornos mentales provoca que, de forma continua y por parte de la sociedad, se cuestione la capacidad de ser madres de estas mujeres. “La sociedad, y en este caso concreto profesionales de la Medicina, Psicología y Psiquiatría, tienen que creer que podemos ser madres”, afirma Elena Briongos, integrante de la Red Estatal de Mujeres de la Confederación Salud Mental España y de la Fundación CERMI Mujeres.

“Una mujer con trastorno mental fisiológicamente puede ser madre, eso es innegable, así que toda la sociedad tiene que apoyar esa realidad y dar a las mujeres las herramientas y el apoyo necesarios durante el tiempo que necesiten, y la educación sexual y sobre todo emocional precisa para que podamos decidir como las otras mujeres”, sentencia Briongos. 

En ocasiones, es el entorno más cercano quien expresa desconfianza, actúa de forma paternalista y contribuye al estigma de la persona. “Mi madre me ha machacado hasta no poder más. Estuve los primeros 9 meses después de nacer mi hija, escuchando riñas, reproches... Nunca me dijo una palabra de aliento”, expresa Clara Bauzán Fernández, integrante de la Red Estatal de Mujeres de Salud Mental España.

Según el `Informe sobre el Estado de los Derechos Humanos en Salud Mental, 2019´, publicado por Salud Mental España, “un entorno lleno de prejuicios conduce al miedo, fundamentalmente a ser privada del hijo o hija por incapacidad, y al sentimiento de culpa por percibir que no se es capaz de hacer `lo que debería´.

Falta de información y paternalismo en la consulta

A pesar de que toda persona tiene derecho a ser informada detalladamente sobre su diagnóstico, los tratamientos a los que será sometida y sus posibles efectos, en el caso de los trastornos mentales, muchas mujeres no reciben esta información en relación con la maternidad, lo cual provoca situaciones de desinformación y de paternalismo por parte de profesionales de la salud mental.

“En general, a las mujeres se nos trata como ciudadanas de segunda categoría, objetos pasivos en las consultas médicas donde no se da posibilidad de elegir en base a una información clara y concisa. En el caso de las mujeres con problemas de salud mental esta realidad es aún mayor”, afirman desde la Federación de Mujeres Progresistas.

La reciente aprobación en el Congreso de los Diputados para acabar con las esterilizaciones forzosas, una práctica que continuaba siendo legal en España, es un ejemplo que cómo aún en 2020 continúan vulnerándose los derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres con discapacidad y del largo camino que todavía queda por recorrer.

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