Tras un pandemia, aumenta el desempleo, la destrucción de empleo asalariado y la desigualdad en la Región de Murcia

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Tras un pandemia, aumenta el desempleo, la destrucción de empleo asalariado y la desigualdad en la Región de Murcia

La pérdida de empleo asalariado indefinido y el incremento del paro de larga duración preocupan a UGT, que demanda la derogación de la reforma laboral, la elevación del SMI y el despliegue de la totalidad de las medidas y reformas comprometidas, hace ya casi un año, en el Pacto para la reactivación económica y social de la Región de Murcia.

Nuestra tasa de paro se incrementa 1,03 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior, hasta situarse en el 16,42%. El número de parados crece en 8.700 personas, en mucha mayor medida que se reduce la ocupación (-1.200), por lo que parte de este desempleo procede de las nuevas personas que se incorporan como activos (7.500 más respecto al cuarto trimestre de 2020). Particular mención merece el crecimiento experimentado en este trimestre por el paro de larga duración, que pasa de 40.900 a 52.800 personas, 11.900 más en términos absolutos y un 29,10% más en términos relativos.

Por otra parte, el descenso de la ocupación es, a su vez, atribuible en exclusiva a la población asalariada, que disminuye en 5.000 personas (0,96%), mientras que los trabajadores por cuenta propia aumentan en 3.800 personas (4%). Dentro del colectivo asalariado, los más perjudicados son los trabajadores indefinidos, que descienden un 1,28% frente al 0,20% que lo hacen los temporales.

El único sector que destruye empleo en este trimestre es la Industria, que pierde 2.700 ocupados (-3%) y la Construcción el que crea empleo con más vigor (700 ocupados más, un 1,81%)

Nuestra tasa de temporalidad aumenta 0,3 puntos porcentuales, hasta el 29,2%, acusando la mayor destrucción de empleo indefinido que se registra (-1,28%)

En términos interanuales, los datos son más positivos para nuestros registros de actividad y ocupación, que crecen ambos un 1,3%. Sin embargo, la mejoría de la ocupación se concentra en el empleo por cuenta propia, que remonta un espectacular 16% mientras que el empleo asalariado se resiente un 1,06%, mayoritariamente, por la significativa destrucción de empleo temporal que se sigue registrando. La situación del desempleo, en cambio, continúa empeorando, muy especialmente, entre las personas paradas de larga duración, que crecen en un 14,78% respecto al año pasado.

Por sexos, son las mujeres las que asumen la pérdida de empleo de este trimestre, registrándose 3.800 ocupadas menos mientras que los hombres suman 2.600 ocupados más. También son ellas las que sufren un mayor incremento del desempleo y las que ven disminuir su tasa de actividad, en tanto que la de los hombres se incrementa más de 1 punto porcentual. La tasa de paro de las mujeres continúa incrementando su brecha respecto a la de los hombres, de la que ya se distancia en 7,25 puntos porcentuales.

En términos interanuales se consolida esta tendencia de mayor afectación del empleo femenino, en tanto que registra una pérdida de 2.300 ocupaciones que contrasta vivamente con el incremento en 10.500 que registra la ocupación masculina. En consecuencia la tasa de paro de los hombres se reduce mientras que la de las mujeres sigue aumentando.

Respecto a la media nacional, la Región de Murcia sigue presentando una mayor tasa de empleo que el promedio nacional, si bien también continúa consolidando rasgos de mayor precariedad, con una tasa de temporalidad 5,4 puntos superior a la media y unos niveles de paro también comparativamente superiores, aún por resolver.

Ante estos datos, correspondientes al I Trimestre de 2021, hechos públicos hoy por el INE a través de la EPA, UGT hace la siguiente valoración:

Inauguramos el que es ya nuestro segundo año en pandemia con datos ciertamente preocupantes. Es habitual que en los primeros meses del año se registre pérdida de empleo, especialmente en territorios, como el nuestro, con una especial exposición a la estacionalidad en las contrataciones. Sin embargo, no ha sido el sector servicios (el que más afectado suele verse por el fin de la campaña navideña y el que más podría suponerse afectado por la crisis provocada por la pandemia), sino el sector industrial, el único que ha registrado destrucción de empleo en nuestra Región, respecto al trimestre pasado. En relación con el mismo periodo del año anterior, tampoco ha sido en los Servicios, sino en la Agricultura, donde se ha concentrado la pérdida de empleo.

Nos preocupan, además de esta afectación de dos sectores tan estratégicos para nuestra Región, otros dos datos alarmantes que arroja esta EPA: el significativo descenso que experimenta el empleo asalariado indefinido y el extraordinario aumento del desempleo de larga duración.

Está por ver si en los próximos trimestres se consolida esta tendencia que vendría a indicar que conforme persiste la situación de crisis, las empresas empiezan a prescindir no sólo del empleo temporal, sino también del indefinido como factor de ajuste. Un riesgo certero, teniendo en cuenta el próximo decaimiento del régimen protector de los ERTES.

En cuanto al crecimiento del desempleo de larga duración (más del 29% en este trimestre), nos estaría relevando que un grueso importantísimo de los parados que generó la pandemia no ha logrado reincorporarse al mercado de trabajo, ni tan siquiera con la mejora de la situación epidemiológica y la relajación de las restricciones a la actividad.

Asimismo, estos datos revelan crecimiento de la desigualdad y de la precariedad. De la desigualdad porque son las mujeres las que se ven afectadas en mayor medida por la destrucción de empleo y el incremento del desempleo y aumentan, en consecuencia, sus brechas de género en cuanto a tasa de empleo, temporalidad y paro. Además, empeoran su situación relativa en cuanto a la inactividad con causa en las labores del hogar: por cada hombre que se declara inactivo por esa razón, hay 21 mujeres. Hace un año eran 8. Y de la precariedad, porque nuestra tasa de temporalidad continúa casi seis puntos por encima de la nacional y en ascenso trimestre a trimestre.

Por todo ello, UGT considera que la próxima finalización del régimen extraordinario de los ERTES por causa de la COVID acelera la necesidad de derogar la reforma laboral. Una reforma que conviene recordar que, en plena recaída de la crisis inmobiliaria, hacía de la descausalización y del abaratamiento del despido su medida estrella. Al mismo tiempo, resulta urgente que el Gobierno regional saque la gestión pública de la situación de parálisis en la que se encuentra y comience a desplegar, por completo, para las muchísimas empresas y personas trabajadoras que lo necesitan, los incentivos, protecciones y medidas de reforma estructural que comprometió con los Agentes Sociales en el Pacto para la reactivación económica y social, hace ya casi un año.

Tampoco olvidamos que, en un país en el que los trabajadores y trabajadoras han demostrado su absoluta responsabilidad y capacidad de sacrificio, es igualmente impostergable la elevación del SMI, que cobran buena parte de esos trabajadores, que en el sector de la limpieza, las residencias, en el campo o en el comercio, nadie tuvo ninguna duda de que eran esenciales durante la pandemia.

Es el momento de sentar las bases de un mercado de trabajo más moderno, justo y equilibrado, que nos permita, esta vez sí, encauzar una recuperación económica que no deje a nadie atrás.

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