10 falsos falsos mitos y verdades sobre la testosterona

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El equipo médico de Melio ha elaborado una guía para analizar los mitos que surgen sobre la testosterona y comprender hasta qué punto son verdad o no

10 falsos falsos mitos y verdades sobre la testosterona

La testosterona es una hormona esteroidea sexual del grupo de los andrógenos. Es producida principalmente por los testículos en los hombres, siendo la principal hormona sexual masculina. De esta hormona depende el desarrollo de las características masculinas como: el crecimiento del vello facial, púbico y corporal, el desarrollo de los testículos y la próstata, así como el incremento de la masa muscular. Además, es importante en la producción de espermatozoides y ayuda a mantener la líbido sexual.

El equipo de médicos de Melio, plataforma online de análisis de sangre, identifica los diez mitos más populares sobre la testosterona y ayuda a comprender cuál es la realidad sobre esta hormona.

El aumento de testosterona potencia la virilidad. Falso.

En la actualidad, son muchos los hombres que buscan aumentar su masa muscular o su función sexual mediante terapias con testosterona. Sin embargo, pese a que esta hormona es esencial en el desarrollo de la virilidad y masa muscular, si no existe un déficit hormonal, su administración no produce estos efectos e incluso puede ser perjudicial.

La testosterona solo influye a los hombres. Falso.

A diferencia de la creencia popular, la testosterona también es importante en las mujeres, siendo los ovarios los principales responsables de su producción. Es cierto que los niveles de testosterona son mucho mayores en hombres, pero no solo afecta a la función reproductiva masculina, también es esencial para la salud de los huesos y el cerebro. La atención, la memoria y la habilidad espacial son funciones cognitivas afectadas por la testosterona. Además, numerosos estudios confirman la importancia de la testosterona en el deseo sexual de las mujeres, de ahí que la terapia con testosterona se esté empleando en algunos casos de mujeres menopáusicas.

La testosterona disminuye con la edad. Verdadero.

Los niveles en sangre de testosterona en hombres experimentan una disminución gradual a medida que aumenta la edad, especialmente a partir de los 40 años, y continúan decreciendo a una tasa promedio del 1.6% por año. La reducción de estos niveles puede no llegar a ser patológica, sino que forma parte del envejecimiento natural o andropausia, manteniendo unos niveles dentro de los rangos normales.

La disminución de testosterona puede ser patológica. Verdadero.

La disminución puede llegar hasta niveles patológicos y, cuando se combina con el descenso de otras hormonas y aparición de síntomas clínicos, afecta notablemente a la calidad de vida del varón y es lo que se denomina como hipogonadismo de inicio tardío (HIT).

Los datos epidemiológicos sobre el número de hombres que padecen esta afección, así como la edad de inicio, no están claros. Sin embargo, se sabe que la prevalencia del HIT es mucho mayor en pacientes con diabetes, obesidad, hipertensión o con disfunción eréctil. En estos casos existen dudas en cuanto a su clasificación como un hipogonadismo secundario (donde los niveles de testosterona podrían recuperarse al controlar la causa de dicha disminución) o un síndrome de HIT agravado por la enfermedad concomitante.

El déficit de testosterona solo afecta al área genitosexual. Falso.

Los síntomas asociados a la disminución de testosterona son de dos tipos. En el primer tipo, se incluyen aquellos relacionados con el área genitosexual, como la disminución de la actividad sexual, la líbido, la calidad seminal, la fertilidad o la capacidad de presentar un orgasmo, entre otros. En el segundo, el resto de los síntomas, incluyen una disminución de la masa y fuerza muscular, de la memoria y función cognitiva, así como aumento de grasa, sensibilidad reducida a la insulina, tolerancia alterada a la glucosa, triglicéridos y colesterol elevados.

El déficit de testosterona también ha sido asociado con alteraciones del estado de ánimo y la salud mental como ansiedad, insomnio o depresión.

La testosterona no se puede recuperar con el paso de la edad. Falso.

La terapia de reemplazo de testosterona (TRT) es el tratamiento médico que se aplica a personas frente al déficit de testosterona diagnosticado. Los beneficios de la TRT son múltiples, ya que permite restaurar los niveles normales de testosterona, mejorando aspectos como el deseo, la función y el rendimiento sexual; aumento de la densidad mineral del hueso; mejoría de la composición corporal, la masa y la fuerza muscular; mejoría del estado de ánimo y la función cognitiva, así como del síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y el riesgo cardiovascular.

El exceso de testosterona puede provocar infertilidad. Verdadero.

Tanto si se aplica el tratamiento médico de la TRT como si se realiza una suplementación sin supervisión médica, el exceso de testosterona puede causar efectos negativos como la aceleración del cáncer de próstata preexistente o incluso la infertilidad. También puede tener otros efectos adversos como el aumento de las mamas o ginecomastia, atrofia testicular, enfermedad tromboembólica por aumento de la hemoglobina y del hematocrito, empeoramiento de los síntomas de la apnea del sueño o toxicidad hepática y tumores hepáticos.

La suplementación de testosterona es un fármaco anti-envejecimiento. Falso.

En los últimos, años la suplementación con testosterona ha aumentado considerablemente, llevando consigo un uso excesivo e inadecuado de este tratamiento. La principal causa de ello es la publicidad engañosa, donde se vende como un fármaco antienvejecimiento, prometiendo cambios radicales en la calidad de vida del hombre con un aumento de la función sexual, mejora del estado de ánimo o aumento de la masa muscular.

La testosterona puede aumentar de manera natural. Verdadero.

En pacientes con déficit de testosterona aguda que precisan tratamiento sustitutivo, es muy difícil pensar que pueden aumentar sus niveles de testosterona de forma natural con actividad física y es más, el déficit de testosterona va a dificultar mucho la realización de actividad física. Sin embargo, según algunos estudios, podrían existir formas de aumentar la testosterona de forma natural en personas sanas. La forma más segura y eficaz es la realización de ejercicio de fuerza. Para ser efectivo, es importante que el entrenamiento esté adaptado a las características individuales y que sea lo suficientemente exigente, pero que sea posible mantener en el tiempo sin provocar fatiga excesiva o sobreentrenamiento. Además, el sobrepeso (IMC>25) es un factor de riesgo independiente para tener niveles de testosterona bajos, por lo que una pérdida de peso sería beneficiosa.

Otro aspecto importante para mantener buenos niveles de testosterona es el control y disminución del estrés, ya que niveles elevados de cortisol inhiben la secreción de testosterona. Ejercicios de relajación como la respiración diafragmática, la meditación o el yoga pueden ayudar a manejar el estrés.

Los alimentos y vitaminas aumentan la testosterona. Falso.

Algunas fuentes afirman que ciertos alimentos, vitaminas o suplementos pueden aumentar los niveles de testosterona, sin embargo, la mayoría de estas afirmaciones están incompletas o incluso no están sustentadas por estudios científicos que lo verifiquen.

Por otro lado, la vitamina D y el zinc son importantes para la síntesis de testosterona, y un déficit de estos micronutrientes puede llevar a niveles bajos de esta hormona. En estos casos, la suplementación sí podría ayudar, sin embargo, para una persona con valores normales de vitamina D o zinc, probablemente la suplementación no tendría efecto alguno sobre los niveles de testosterona.

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