Paralización de los trabajos preventivos llevados a cabo por el operativo de prevención y extinción de incendios forestales en Aragón

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Paralización de los trabajos preventivos llevados a cabo por el operativo de prevención y extinción de incendios forestales en Aragón El Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural de Aragón considera un grave error estratégico en la lucha contra los incendios forestales que se producen en este territorio, la paralización generalizada durante la campaña estival de los trabajos preventivos llevados a cabo por el operativo de prevención y extinción. Esta decisión como resultado de un acuerdo sindical se ha anunciado en prensa recientemente.

Si bien, por un lado, durante las jornadas de riesgo es necesario prestar una atención especial a la faceta de extinción y mantener al personal en alerta y preparado para una rápida respuesta, y por otro, en aquellas jornadas que se produzcan temperaturas elevadas es necesario evitar esfuerzos que pongan en riesgo la salud de las personas, durante el verano se producen un número importante de jornadas en las que se combina un riesgo bajo y temperaturas moderadas (superior, de media, al 50% de los días y en ciertas zonas al 90%). En ellas se pueden y deben ejecutar trabajos preventivos que contribuyan a reducir las probabilidades de que un incendio derive en gran incendio forestal. Del análisis estadístico se infiere que hay cuadrillas que acuden a un solo incendio al año, habitualmente de pequeñas dimensiones o para remate, otras, en cambio, lo hacen a un número mayor pero habitualmente concentradas en jornadas de riesgo. El mantenimiento preventivo es la mejor acción para reducir el riesgo de incendio forestal y éste debe llevarse a cabo el máximo número de días al año, siempre que las condiciones lo permitan.

Dada la diversidad climática del territorio aragonés, y teniendo en cuenta los avances tecnológicos existentes en la actualidad, mediante un análisis diario de las condiciones meteorológicas y de riesgo existente en cada una de las zonas del territorio, se puede determinar fácilmente en qué zonas se pueden ejecutar trabajos preventivos y de qué tipos deben ser estos, incluso en qué intervalo horario, y en qué zonas y bajo que condiciones deben paralizarse los mismos, optimizando la gestión y la inversión pública de este servicio. La administración elabora a diario esta información.

La lucha contra los incendios forestales debe centrar los esfuerzos en la concienciación ciudadana, la regulación de ciertas actividades en ciertos momentos de riesgo y la planificación y ejecución preventiva combinada con una correcta gestión forestal sostenible. Los operativos de extinción son imprescindibles pero no resuelven ni resolverán el problema, a pesar de su contribución necesaria durante la fase de extinción. Centrar el mayor porcentaje de inversión en la extinción contribuye a favorecer grandes incendios forestales y secuestra inversión pública cuya dedicación a la prevención incrementaría de forma significativa su eficiencia. Por ello es necesario combinar prevención con extinción. Además, la ejecución de trabajos preventivos forma y trabaja simultáneamente en entrenamiento físico, técnicas de manejo de herramienta, aclimatación a condiciones de esfuerzo similares a las que se producen en los incendios y trabajo coordinado y jerarquizado al personal que debe combatir los incendios.

El reto que supone evitar incendios forestales o reducir su impacto en términos medioambientales, económicos y de salud para las personas, requiere un esfuerzo de toda la sociedad que no debe simplificarse en operativos de extinción parados en espera de lo que acontezca (este es un gran error). Proactividad frente a reactividad. El prepirineo oscense y zaragozano (además de otras zonas) presenta unas condiciones de continuidad de combustible y de riesgo que tarde o temprano derivará en un gran incendio forestal. No podemos permitirnos esperar a que ocurra un desastre medioambiental de esta magnitud para lamentarnos posteriormente, sin haber procurado con anterioridad, trabajar con toda su capacidad, la faceta preventiva que tiene el operativo y habiendo focalizado la mayor parte de los esfuerzos de la administración, en la construcción de operativos fundamentalmente reactivos.

El camino que se apunta con decisiones como las que motivan la presente nota de prensa es preocupante. Más aún cuando esta decisión se ha tomado al margen del criterio técnico afectando directamente a un modelo organizativo público, cuya estabilidad financiera consta que queda seriamente comprometida. Un operativo profesional debe ser un operativo eficiente.

Ejecución de quema prescrita como medida preventiva, Foto 1
Ejecución de quema prescrita como medida preventiva
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