UGT alerta del "efecto traslado" del encarecimiento de los productos energéticos a los principales bienes de la cesta de la compra de las familias. UGT muestra su preocupación por el empeoramiento de la situación que la guerra puede acarrear y demanda con urgencia actuaciones coordinadas para rebajar la factura energética de empresas y hogares y el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios a través de la negociación colectiva.

Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa interanual de este indicador en la Región de Murcia, asciende hasta en el 7,7%, cifra 1,5 puntos superior a la registrada en enero y una décima superior a la estatal.

Respecto al año pasado aumentan los precios en todos los grupos con la sola excepción de Comunicaciones (-0,7%), registrándose los aumentos más significativos en Vivienda (24,3%), Transporte (14,5%), Vestido y Calzado (7,2%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (5,4%).

Respecto al mes pasado, el IPC aumentó en la Región ocho décimas, idéntica cifra a la registrada a nivel estatal.

Los mayores incrementos intermensuales de los precios en la Región se han dado en Transporte (3,3%), Ocio y Cultura (0,8%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,7%) y Hoteles, cafés y restaurantes (0,7%). En cambio, Vestido y Calzado (-0,8%), Medicina (-0,2%) y Comunicaciones (-0,1%) han registrado variaciones negativas.

En febrero los precios vuelven a dispararse en la Región, incluso una décima por encima del registro estatal, mostrando, una mayor exposición de nuestro territorio a las fluctuaciones de los precios energéticos que están dando lugar a esta tendencia inflacionista.

No obstante, la inflación subyacente (que no tiene en cuenta los productos más volátiles energéticos y alimentos no elaborados-) también sobrepasa en la Región los registros nacionales, incrementándose medio punto este mes de febrero, hasta alcanzar su valor más alto en los últimos 13 años. Concretamente, desde agosto de 2008, este indicador no alcanzaba un valor semejante.

Además, puede ya apreciarse con claridad que los productos energéticos están comenzando a trasladar sus tensiones inflacionistas a toda la cadena de suministro y, por ende, al precio final del resto de bienes y servicios.

El hecho de que sean, además, bienes básicos para la cesta de la compra de las familias, como la electricidad, los carburantes, el vestido y calzado o los alimentos y bebidas no alcohólicas los que experimentan una mayor subida de sus precios, determina un escenario muy preocupante para los trabajadores y trabajadoras, cuyas retribuciones crecen a un ritmo muy inferior.

Y es que los salarios pactados en convenio registraban hasta febrero una subida media del 2,26% en España y del 2,14% en la Región de Murcia, a mucha distancia, por tanto, del incremento del coste de la vida que reflejan estos datos.

A ello se suma, además, que estos datos todavía no recogen el impacto que aunque aún incierto, es innegable que tendrá la guerra de Ucrania sobre las relaciones económicas internacionales, en general y sobre los mercados de productos energéticos y materias primas, en particular.

Para UGT, la subida del SMI hasta los 1.000 euros mensuales que hemos logrado pactar con efectos retroactivos desde enero de este año, es una buena noticia que reduce, al menos en parte, el impacto de la inflación sobre las rentas más bajas. Pero no es en ningún caso suficiente para solventar el problema de nuestro país, que tiene salarios casi un 20% inferiores a los de la Eurozona y menos aún, de una Región que como la nuestra, los tiene, a su vez, inferiores en casi un 10% a los estatales.

Por todo ello, no podemos aceptar planteamientos acerca de "pactos de rentas" en los solos términos de imponer moderación a unos salarios que no son los causantes de la inflación, pero sí los principales perjudicados por ésta. UGT insiste, por el contrario, en la necesidad de que la Unión Europea adopte urgentemente medidas coordinadas en los sistemas de formación de los precios de la energía para rebajar la factura de hogares y empresas y en la garantía del poder adquisitivo de los salarios a través de la negociación colectiva. En este sentido, urge la firma de un nuevo Acuerdo interconfederal de Negociación Colectiva, que facilite los consensos entre Patronal y Sindicatos torno a una política salarial justa que neutralice los efectos de la inflación y evite que las personas trabajadoras y sus familias sigan perdiendo poder de compra, afectando con ello el consumo y perjudicando la actividad económica.