La famosa frase de ‘Murcia, que hermosa eres’ es más que verdadera, y si no lo vas a comprobar leyendo este artículo en el que, para abrir boca, hemos hecho una buena selección de los lugares que no debes perderte si quieres ir por primera vez a esta bonita comunidad autónoma uniprovincial. ¡Toma nota para organizar tu viaje!
Catedral y casco antiguo de Murcia
Lo primero que tienes que hacer, ir a la capital. De un tamaño muy adecuado, Murcia es una ciudad perfecta para vivirla caminando. Cercada todavía por parte de lo que fuera en su día su popular huerta, la urbe cuenta con una rica vida cultural pero también con un divertido ambiente por las noches por ser el lugar donde se ubican prácticamente todas las universidades de la región. El barroco, que se deja ver claramente por todo el precioso casco histórico, o el inconfundible buen olor a azahar de los naranjos que decoran la ciudad son solo algunos de los emblemas del sitio. Desde luego no te puedes perder la apoteósica catedral, de arquitectura barroca, ni tampoco de disfrutar de un agradable paseo por Platería o Trapería, dos singulares calles de tipo peatonal que te trasladarán a la vida árabe que se asentó allí en su momento.
El valle de Ricote
Combinar turismo de ciudad con naturaleza es la mejor fórmula para disfrutar de un viaje completo. Por tanto, es más que recomendable coger el coche para trasladarte hasta el valle de Ricote. Es una espectacular zona, muy bien cuidada, de la vega mediana del Segura y sus impetuosos valles: es claramente uno de los panoramas naturales más espectaculares de la comunidad autónoma. Debido a su completo aislamiento desde tiempos pasados y al cuidado de las tradiciones agrícolas heredadas de la zona, este monumento de la madre tierra es la viva fotografía de una idiosincrasia y paisaje típico del levante español perdido en otras partes de la región.
Además la visita a esta zona no tiene que llegar solo hasta el valle, pues muy cerquita podrás visitar también el adorable pueblo de mismo nombre, Ricote. Ofrece un conservado núcleo histórico que te deslumbrará: mientras llegas en coche, podrás disfrutar de la belleza que generan la mayoría de sus antiguas casas copadas de tejas morunas, algo muy difícil de encontrar ya en cualquier otra parte de la geografía de nuestro país.
Caravaca de la Cruz
Este pueblo, más grande que el mencionado antes, es también digno de ser visitado. De todo su rico patrimonio histórico-artístico destaca su flamante castillo-santuario, además de ofrecer un cuidado casco antiguo de tipo medieval.
El castillo es su mayor reclamo, puesto que su estado de conservación es casi increíble: cuenta con sus 14 torreones casi intactos techados en adobe. En el siglo XVIII dentro del fuerte se construyó el santuario de la Vera Cruz, una edificación de corriente barroca hecha con un armonioso mármol rojizo, propio de la comarca a la que corresponde Caravaca, de mismo nombre. Dentro podrás disfrutar de la conocida cruz de cuatro brazos, transportada según cuentan los libros sagrados desde los cielos por dos ángeles.
Cartagena
Tampoco te la puedes perder, población de Murcia muy conocida por todos, murcianos o no. Merece la pena ir para comprobar como un buen plan de reedificación ha convertido a la ciudad murciana en uno de los mayores atractivos para el turista en esta zona del levante. Algo más de 25 siglos de historia se enorgullecen de robustas fortificaciones o altas murallas, así como también de castillos o iglesias como la tan visitada Cartago Nova. Pocas metrópolis de la península tienen en su bagaje un pasado tan fructífero y exitoso como este puerto estratégico de Europa por el que han dejado su huella diversas sociedades: bizantinos, cartagineses o árabes, entre otras muchas.
Quédate con esta ruta perfecta para hacerla en un solo día: comienza por el majestuoso edificio del consistorio, gran exponente del modernismo que también marcó tendencia en el municipio, tanta como el medievo. Después date un paseo para visitar aquellos museos centrados en el abrumador patrimonio monumental de Cartagena, tienes muchos entre los que elegir, y termina en su famoso teatro romano, emblema de la Cartagena de la era de Roma.
