"Lo que espera el Pueblo de Dios de un sacerdote es que viva con un corazón libre y trasparente", Mons. Lorca Planes

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El obispo recuerda a los presbíteros, en el día de su patrón, que «la santidad es el objetivo antes que cualquier otro proyecto»

El presbiterio de la Diócesis de Cartagena ha celebrado hoy, en fiesta adelantada, a san Juan de Ávila, patrón del clero secular español. Una celebración en la que cada año se festejan las bodas de plata, oro y diamante sacerdotales, es decir, los 25, 50 y 60 años de ministerio sacerdotal.

La fiesta de san Juan de Ávila ha vuelto a celebrarse este año en la parroquia murciana que tiene por titular al patrón del clero. Previa a la celebración eucarística, el obispo de Canarias, Mons. José Mazuelos Pérez, se ha dirigido a los sacerdotes para darles ánimos en su labor pastoral: «Los sacerdotes tenemos que empezar a descubrir quiénes somos, el tesoro que tenemos, cómo el Señor nos ha llamado y cómo tenemos que llevarlo a esta sociedad que nos necesita. Hay mucha gente que está esperando. La sociedad sigue necesitando una palabra y un testimonio de Cristo resucitado».

El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, ha presidido la Eucaristía acompañado por el obispo canario y por el arzobispo emérito de Burgos. Como concelebrantes principales estaban los presbíteros que este año celebran los 25, 50 y 60 años de sacerdocio: Miguel Ángel Cárceles Cárceles y Francisco Montesinos Pérez-Chirinos cumplen las bodas de oro sacerdotales; Carlos Aguirre Muñoz, Ángel Alegría Cánovas, Mateo Clares Sevilla, José Antonio Granados Baeza, Andrés Jimeno Aragón, Juan Pérez Rico y Jerónimo Sánchez Bernal, celebran los 50 de su ordenación sacerdotal; y Manuel Roberto Burgos Azor, Maximiliano Jesús Caballero Caballero, Leandro Fernández López, Luis Gomariz Hernández, Jesús López Abenza, Alberto Martínez Pallarés y Alfonso José Pérez Guarinos, son los que fueron ordenados en 1997 y este año celebran sus bodas de plata sacerdotales.

Mons. Lorca ha comenzado su homilía recordando a los sacerdotes fallecidos y felicitando a quienes eran protagonistas en esta celebración: «Felicidades por haber cumplido con generosidad y entrega el ministerio que se os ha encomendado, lo que le ha dado el contenido a vuestro apostolado». El obispo ha animado a su presbiterio a vivir buscando la santidad, a configurarse con Cristo: «La santidad es el objetivo antes que cualquier otro proyecto… si eres santo mirarás a los demás con ojos de bondad, trabajarás por ayudar a todos los hermanos, especialmente a los más necesitados, te preocuparás de anunciar a Dios haciendo el bien, nunca el mal». Mons. Lorca ha insistido en que no olviden lo que es prioritario en su vocación: «Lo que espera el Pueblo de Dios de un sacerdote es que sea amigo íntimo de Jesús, que lo conozca bien, que tenga experiencia de Él y que lo ame hasta dar la vida, que viva con un corazón libre y trasparente».

El sacerdote Luis Gomariz ha sido el encargado de dirigir unas palabras en nombre de todos los que hoy celebraban sus bodas de diamante, oro y plata. En su acción de gracias se ha dirigido a los presentes dando gracias a Dios por la vocación recibida, pues, ha asegurado que «no hay persona en la faz de la Tierra que pueda experimentar, que pueda sentir, que pueda vivir lo que experimenta, lo que siente y lo que vive un sacerdote cuando con sus manos baja a Dios del cielo. ¡Qué dichosos somos Señor!».

Al finalizar la Eucaristía el obispo de Cartagena ha presentado a Myroslav Khudiak, sacerdote ucraniano, de rito greco católico, que ha llegado recientemente a la Diócesis, donde acompaña espiritualmente a sus compatriotas en la zona de Cartagena, concretamente en la iglesia de Los Beatos. 

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