La inmensa mayoría considera que la imagen que se traslada de la profesión no es acorde con las competencias y funciones dentro del sistema sanitario.
Con motivo del Día de la Mujer, SATSE Murcia vuelve a rebelarse ante la discriminatoria y desigual realidad que sufren enfermeras y fisioterapeutas. Una reciente encuesta realizada por la organización en todo el Estado refleja que los profesionales de la Región piensan de manera mayoritaria que no tienen el reconocimiento social que se merecen.
A lo largo de los años, se han encontrado una serie de barreras y obstáculos que han dificultado (y aún siguen impidiendo) la visibilidad de su excelente cualificación, experiencia y ejercicio profesional. El ser una profesión eminentemente femenina, dedicada a algo invisible e intangible como es el cuidado y el servicio público, es el cimiento, firmemente arraigado, sobre el que se levantan y mantienen muchas de estas barreras de manera injusta, inaceptable y artificial.
Aún hoy en día les sigue persiguiendo la cofia, la profesión caritativa y vocacional, mera colaboradora y dependiente de otras de supuesta "superior categoría", negándoles valor y cuestionando su propia entidad.
SATSE expone que no ayuda tampoco el que sigan permaneciendo en el grupo de clasificación profesional A2, lo que repercute negativamente en el desarrollo y avance profesional de enfermeras y fisioterapeutas, sostiene el Sindicato. "No tiene justificación objetiva alguna, el por qué la Administración sigue colaborando en agrandar la brecha laboral de género de estas profesionales que cuentan con una formación universitaria, solvente y equiparada en créditos a otras disciplinas del sector, perpetuándose la invisibilidad de estas profesiones eminentemente femeninas".
Seguir encuadradas en el subgrupo A2 conlleva una clara discriminación en aspectos como el acceso a puestos relacionados con la gestión y dirección de alto nivel, toma
de decisiones, liderazgo, grupos de investigación y docencia, puestos de gerencia en centros sanitarios…etc.
Este techo de cristal es una realidad que sigue acompañando y perjudicando a enfermeras y fisioterapeutas en su trayectoria profesional y personal y que, lamentablemente, en muchas ocasiones también es promovido por personas, colectivos y organizaciones con pensamientos e ideologías profundamente arcaicas y retrógradas.
Aunque también se pueden constatar cambios y avances que están permitiendo avances en la profesión, como la reciente sentencia del TSJ de Asturias que ha reafirmado la idoneidad de una enfermera para ser Directora General de Cuidados, Humanización y Atención Sanitaria en el Servicio Asturiano de Salud.
Ante esta realidad, SATSE ha lanzado una nueva campaña de información y sensibilización con motivo del Día Internacional de la Mujer, para reivindicar que las enfermeras y fisioterapeutas cuentan con un espacio profesional propio e independiente que hace posible la mejora de la salud de la población a lo largo de todas las etapas de la vida.
'Rompe con los estereotipos'
El nuevo sondeo de opinión realizado por SATSE, dentro de su campaña permanente "Rompe con los estereotipos", ofrece otros datos muy significativos, como que casi la mitad de los profesionales de la Región encuestados han sufrido en primera persona o conocen a algún/a compañera/o que ha sido víctima de comentarios y/o comportamientos ofensivos y denigrantes basados en la imagen estereotipada de la profesión.
Además, el 85,62% de los encuestados piensan que la imagen de la profesión que se traslada a través de los medios no es acorde con las competencias y funciones que realizan dentro de sus ámbitos asistenciales.
A tenor de todos estos datos, SATSE subraya que, a pesar de "presumir" de formar parte de una sociedad moderna, tolerante y concienciada con la lucha contra la discriminación, enfermeras y fisioterapeutas siguen siendo encuadradas en estereotipos arcaicos, sexualizados y denigrantes que les impiden avanzar, algo que no les beneficia como profesionales ni tampoco a la sociedad en general.
Y es que son las profesionales sanitarias líderes en los cuidados. "Son profesionales autónomas, en base a su cualificación y campo de conocimientos, y absolutamente imprescindibles para garantizar una atención sanitaria óptima y segura al conjunto de la ciudadanía", concluye la organización.
