“Vamos a seguir trabajando para que todos los espectáculos taurinos se detengan como ya se ha conseguido en otros países como Ecuador, Perú, Panamá o Colombia”, afirma la responsable estatal de políticas verdes y animalistas de Podemos, María Marín, que ha acudido al acto acompañada por la secretaria general morada, Ione Belarra, y por el líder de Alianza Verde, Juantxo López Uralde
La plataforma No es mi cultura, de la que forma parte Podemos, ha entregado hoy en el Congreso de los diputados más de 650.000 firmas de la Iniciativa Legislativa Popular ‘La tortura no es mi cultura’, que, como declaraba la diputada regional y responsable estatal de políticas verdes y animalistas María Marín, “muestra cómo la inmensa mayoría de este país no está a favor de la tauromaquia”. La portavoz morada, que ha acudido acompañada por decenas de militantes y simpatizantes, por la secretaria general Ione Belarra y por el líder de Alianza Verde, Juantxo López Uralde, recordaba que la ley 18 de 2013 “protegía este lamentable espectáculo por encima de cualquier otra manifestación cultural o artística, pero 8 de cada 10 personas, especialmente la gente más joven, rechaza esto, que es un anacronismo total”.
“Desde el 4 de enero –rememoraba Marín- hemos estado recogiendo firmas de la ciudadanía para derogar esta ley que dice que torturar hasta la muerte a un ser vivo, un animal sintiente, no es cultura”. Desde Podemos han contribuido a la difusión de la ILP ofreciendo sus sedes para recoger firmas, un recorrido que culminaba con la entrega esta mañana en Madrid, donde Marín mostraba su apoyo “a la comisión promotora de esta ILP con la alegría inmensa de poder participar en la entrega de más de 650.000 firmas, cuando con 500.000 era suficiente”.
Por otro lado, la diputada afirmaba que Podemos “no se quedará ahí”: “Vamos a seguir trabajando para que todos los espectáculos taurinos se detengan como ya se ha conseguido en otros países como Ecuador, Perú, Panamá o Colombia”, afirmaba. Según ella, “no puede ser que en pleno siglo XXI, en plena era de las inteligencias artificiales, haya gente que siga disfrutando con el dolor y el sufrimiento de un animal”. “Esta no es nuestra cultura”, concluía.
