La vida contemplativa, una vida actual que es el corazón de la Iglesia

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La vida contemplativa, una vida actual que es el corazón de la Iglesia

Cada año, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra la Jornada Pro Orantibus, un día especial de oración para rezar por quienes han dedicado por completo su vida precisamente a eso, a orar, a intimar con Dios, a la contemplación.

En la Diócesis de Cartagena hay 142 monjas que viven en 15 monasterios de vida contemplativa, distribuidos por toda la Región de Murcia. Una vida entregada a la oración que sigue teniendo sentido en el siglo XXI. Es una vida “súper actual”, como señala la hermana Leonor, de las Hermanas Pobres de Santa Clara del convento de Santa Verónica de Algezares. Una vida actual que no se conoce lo suficiente: “Hoy estamos muy vacíos y necesitamos llenarnos de muchas cosas, cosas que buscamos fuera y donde tenemos que buscar es dentro; la vida contemplativa es eso: ayudar a la gente a buscar dentro, nuestra misión es orar y llevar a los hombres a Dios”.

Según la instrucción Cor Orans, la vida contemplativa es, dentro de la Iglesia, “el corazón orante, guardián de gratuidad, riqueza de fecundidad apostólica y de una misteriosa y multiforme santidad”. Desde el monasterio de La Encarnación de Algezares, la hermana María Rosa, carmelita descalza, explica que la vida contemplativa “expone, desde lo oculto, el valor de lo verdadero; desde el silencio, habla y grita la vida; y, desde la soledad, procura encuentros auténticos. La vida contemplativa hoy mira de manera distinta este mundo, mira desde la perspectiva de Dios”.

La Jornada Pro Orantibus se celebra este año bajo el lema “Con María en el corazón de la Iglesia”. La Virgen y la Iglesia constituyen el marco para la vida consagrada en España este año, “ya que María se ofrece como signo para la vida contemplativa, que está llamada, como ella, a habitar el corazón del cuerpo místico de Cristo, de la Iglesia que, con amor materno, acompaña a sus hijos e hijas en todo momento, pero sobre todo en la desgracia”. Sor María Belén, dominica del convento de Santa Ana de Murcia, destaca que el lema de este año define lo que significa la vida contemplativa: “Nos coloca en el corazón de la Iglesia y con la mejor compañía, con María, que siempre es nuestro modelo y referente a seguir”.

Una vida contemplativa muy rica en la Diócesis de Cartagena

En la ciudad de Murcia se encuentran 5 de los 15 conventos de clausura: las Hermanas Pobres del monasterio de Santa Clara la Real y tan, solo a unos metros, las Dominicas en el monasterio de Santa Ana; las Agustinas Descalzas de San Juan de Ribera, en el monasterio Corpus Christi; las Capuchinas, en el monasterio Exaltación del Santísimo Sacramento; y las Canonesas Justinianas de Madre de Dios, fundación murciana de 1490.

Una realidad muy presente en la Diócesis es la de las Hermanas Pobres de Santa Clara, que además de la comunidad de la capital, tienen monasterios en Cieza, Caravaca de la Cruz, Lorca, Santomera y Algezares. Es precisamente en esta pedanía murciana, donde se concentran varios monasterios de clausura femenina entorno al Santuario de la Virgen de la Fuensanta: el ya mencionado de clarisas, junto a Benedictinas, Carmelitas Descalzas y Concepcionistas.

Además, también hay Carmelitas Descalzas en Tallante, una comunidad fundación de Santa Teresa de Jesús en Caravaca de la Cruz que se trasladó hace más de una década a este pueblo cartagenero. Faltaría un convento más, el de Nuestra Señora de la Paz, de monjas Cistercienses de Estrecha Observancia, que se encuentra en la diputación cartagenera de La Palma.

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