Ambos sexos sitúan las buenas relaciones familiares como el segundo eje de la felicidad (47% mujeres y 42% hombres), mientras que el año pasado ocupaba el tercer puesto

El año 2020 será recordado por siempre como el año en que la vida, costumbres y relaciones de millones de personas en todo el mundo dio un giro inesperado de 360º. Es evidente que todo lo vivido en estos meses ha provocado un cambio de prioridades, ya que algunos aspectos que antes eran cotidianos, como reunirse con familia o amigos, un simple beso o un abrazo, se han empezado a valorar más que nunca cuando han faltado.

La salud y la familia son los aspectos más relevantes para tener una vida feliz, según el III Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon. Así lo declara el 59% de los encuestados, de los cuales el 34% piensa que gozar de salud y bienestar emocional es lo más importante para alcanzar una vida plena. No obstante, la situación vivida en 2020 nos ha llevado a valorar otros aspectos como imprescindibles para ser felices. En este sentido, el 34% de los encuestados destacan que pasar tiempo con sus familiares es el aspecto al que más importancia dan en su día a día.

Asimismo, tener una buena relación familiar (44%) es el segundo pilar para la felicidad de los españoles, el cual, además ha aumentado casi un 14% respecto a 2019. También, y en tiempos de crisis, tener una buena situación económica es esencial para los españoles, que lo sitúan en el tercer puesto con un 39% de los encuestados. De hecho, la relevancia de tener una buena economía familiar ha aumentado en un 31,31% respecto a 2019.

Otros aspectos, como tener una buena vivienda (5%) o sentirse valorado por los demás (4%) no son considerados como esenciales para tener una vida feliz e incluso, han disminuido notablemente respecto al año anterior, específicamente un 50,5% y un 28,6% menos que el año anterior.

Si analizamos en base al género, se observa que las mujeres dan más importancia a la salud y al bienestar emocional como prioridad que los hombres (61% vs 57%), siguiendo la misma línea que el año anterior (74,1% vs 64,7%)

En ambos casos las relaciones familiares han cobrado más importancia en comparación con el año anterior: en 2020, ambos sexos sitúan las buenas relaciones familiares como el segundo eje de la felicidad (47% mujeres y 42% hombres), mientras que el año pasado ocupaba el tercer puesto (40,7% mujeres y 36,3% hombres), justo por debajo de la buena relación en pareja, que este año queda en cuarta posición (27% vs 36,8% mujeres y 39% vs. 45,6% hombres en 2020 y 2019 respectivamente)

Aparte de tener una buena relación de pareja (39% sobre el 33% del promedio), los hombres dan una importancia por encima de la media a tener tiempo libre (+3%) y éxito profesional (+2%). Por su parte, las mujeres centran su felicidad por encima de la media en las relaciones familiares (+3%) y en sentir que aportan algo para mejorar su entorno o la sociedad.

No obstante, las diferencias más relevantes vienen dadas por edades. Si bien los aspectos más importantes para ser felices, como la salud, las relaciones familiares y la situación económica, siguen siendo los mismos, se observan mayores variaciones en la generación Z. Estos últimos dan una importancia por encima del promedio a las actividades de ocio (+9% sobre el promedio), a tener amigos (9%) a sentirse útil para los demás (+6%) y sentir que aportan al entorno (+10%), así como a alcanzar éxito profesional (+8 puntos).

En relación al resto de generaciones, tanto los millennials como la Generación X dan más relevancia a la conciliación personal y laboral (+6% y 9% sobre el promedio), mientras que los baby boomers se preocupan más por su relación de pareja (+8%) y el hecho de vivir en un estado sin emergencias sanitarias (+3%).

Es natural no valorar en su totalidad algo que damos por hecho y que está siempre ahí de manera incondicional. Las personas reaccionan frente a la pérdida y algunas no valoran lo que tienen hasta que carecen de ello. Por ello, en momentos tan desalentadores, Aegon remarca la importancia de sacar el lado positivo a la situación, valorando y dando importancia a lo que realmente importa, para que cuando volvamos a abrazarnos lo valoremos más que nunca.