Las Navidades están a la vuelta de la esquina y con ella el aumento de las consultas psicológicas, mucho más en un año tan difícil como este, marcado por la pandemia.

En estas fechas y justo después de las Fiestas, la demanda de servicios de psicoterapia experimenta un fuerte incremento. Para Buenaventura del charco, psicólogo sanitario y psicoterapeuta, “sin duda, fue una de las cosas que más me impresionó cuando empecé mi andadura profesional, pues nadie me lo había comentado en la carrera ni en ninguno de mis postgrados. No me gusta la expresión “hacer el agosto” cuando se habla del dolor de las personas y la sanidad, pero lo cierto es que después de las vacaciones hay una gran carga de trabajo”.

Pero ¿por qué ocurre esto? El psicólogo sanitario y psicoterapeuta señala que es precisamente porque las Navidades son unas fechas muy entrañables, que el discurso imperante se encarga de señalar como “muy significativas e importantes”. Como siempre, cada persona compara su realidad vital en ese momento, con aquello que le “impone” o le marca en cierta manera la sociedad en la que vive, y el resultado muchas veces es hiriente y doloroso, pues pone en evidencia los problemas que nos hacen sufrir.

Además, Del Charco incide en que los anuncios no venden una realidad ideal, imposible de lograr si se compara con la nuestra, sobre todo en estos tiempos difíciles, de restricciones y crisis económica. Sin duda, la Navidad hace muy explícitas las ausencias, los fallecimientos y las parejas rotas. “El aguijón de la soledad no deseada se clava de manera especial, más intensa si cabe, en estas fechas de reuniones. Si en Navidades anteriores esto era algo muy acusado, ahora se acrecienta con las restricciones a la hora de reunirse, el tener que celebrarlas solo o sin la familia…” añade el psicólogo sanitario y psicoterapeuta.

Las reuniones evidencian los conflictos y durante las fiestas suelen provocar más de una tensión, más este año cuando el número de celebrantes se reduce a la mínima expresión: padres divorciados que discuten por las fechas o si el número de regalos es el apropiado, discusiones para ver qué hermano celebra qué fecha señalada con los padres y quién lo hace otra, si es que lo hace alguno porque el Covid-19 tiene a muchos sin ganas de nada.

Del Charco no quiere hacer apología del Grinch (personaje de ficción que odia las navidades) ni privar a la gente de escuchar villancicos en bucle, desvivirse con los regalos o no perderse ni una de las películas de sobremesa sobre milagros de navidad, “pero es importante recordar que quizás para todo el mundo no es “Feliz Navidad”, sino “Navidad” a secas. Quizás el mejor regalo estas Fiestas, más aún con todo lo que está cayendo con la pandemia, sea ser empático y permitirle al otro vivirlas como desee: celebrándolas, estando triste o sin ganas de nada”.