Comer bien durante las vacaciones es posible

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La mente es el aliado número uno de nuestro cuerpo

Comer bien durante las vacaciones es posible

Cada año las fiestas nos llevan a un continuo conflicto entre las ganas de comer y la aguja de la báscula, que nos advierte de que sería mejor ponernos un freno. Aunque una opción es la de olvidarnos de nuestro peso y de nuestra forma física hasta después de Reyes, siempre debemos tener en cuenta que una nutrición correcta no se rige sólo por motivos estéticos, sino también por la salud. Este año será diferente. Si bien es cierto que por un lado podría disminuir el número de compromisos que implican atracones, por otro, pasaremos mucho más tiempo en casa, quizás de vacaciones. Y así, entre una pizza casera y un turrón acabamos ingiriendo muchas más calorías de las necesarias.

Como siempre, la mente tiene un poder extraordinario y puede acudir en ayuda del cuerpo. Los expertos de Mundopsicologos analizan la relación entre la nutrición y las vacaciones, para proporcionar las mejores herramientas para hacer frente al dilema anual mesa vs báscula.

Por qué las navidades hacen que comamos más. La función social de la comida

¿Qué sucede en nuestra mente cuando se acerca la Navidad? El entusiasmo y las ganas de celebrar se traducen a nivel práctico en reunirnos alrededor de una mesa, disfrutando juntos y deleitando nuestro paladar. Sabemos que la buena compañía, combinada con la buena comida y el buen vino, hace que se pierda el control de lo que se come. La comida tiene un valor social muy importante: es compartir y también es celebrar. Su abundancia es además un buen augurio. Y este año más aún, al sumarse el hecho de que poder estar juntos es digno de celebración. Pero es importante no perder el sentido de la proporción y mantener una actitud consciente.

La comida como gesto de cariño y cercanía

La comida tiene la función de transmitir un mensaje de cariño. En muchas relaciones se puede observar cómo se desarrolla esta dinámica generacional: padres, abuelos y tíos disfrutan preparando los platos favoritos de sus hijos y nietos. Ya disfrutan en la cocina, cuando anticipan la felicidad de sus seres queridos saboreando sus manjares. A menudo también en pareja o entre amigos existe el deseo de sorprender y conquistar mediante la comida. Es una forma de cuidar a los demás y dedicarles tiempo y atención.

Este año podemos explotar esta propiedad de la comida de otra manera, y utilizarla como canal de intercambio y unión. Aunque no pasemos las fiestas todos alrededor de la misma mesa, aún podremos cocinar en mayor cantidad para regalar y hacer intercambios: es una forma de sentirnos cercanos y mantener vivas las tradiciones. Siempre poniendo atención a las cantidades, para evitar desperdicios y atracones.

Comer para recordar

Comer también tiene una función evocadora. Que levante la mano quien nunca haya comido para recordar. En este caso, el recuerdo debe acompañar la comida de forma positiva y no ansiosa. No debemos devorar, sino disfrutar del momento. Cocinamos para pensar en nuestros orígenes, en un ser querido que ya no está, o simplemente para repetir un ritual que siempre nos ha gustado. El olfato y el gusto son sentidos primordiales, que participan activa e inextricablemente de nuestras vivencias, reviviendo el pasado en el presente. Además, no olvidemos que cuando hablamos de comida, nunca hablamos solo de comida.

Cuidado: comer para llenar un vacío

Hay un comportamiento común, que es comer porque sentirse vacío. Obviamente el vacío en cuestión no es físico, sino psicológico. Si bien es cierto que, en este sentido, el hecho de pasar las navidades separados podría ser la excusa perfecta para evitar banquetes, puede resultar emocionalmente arriesgado para todos aquellos que estén predispuestos a compensar carencias de carácter emocional con la alimentación.

De hecho, este año existe el peligro de que, no por la falta de comida sino de cariño, nos dejemos llevar llenando nuestros propios huecos con atracones "porque es Navidad". Y no hay nada peor que eso.

Objetivo 2021: comer bien para mantenerse saludable

El salto mental que deberíamos dar, no solo en Navidad, sino como uno de los buenos propósitos de año nuevo, es comer para sentirse bien. Y el principal aliado del cuerpo es la mente. Mens sana in corpore sano. Los clásicos nos enseñan cómo mente y cuerpo son un binomio inseparable, y el bienestar general depende del cuidado de cada parte. Una dieta equilibrada es la base de un funcionamiento psicofísico correcto, de un estado de ánimo positivo y mejores habilidades cognitivas.

Aquí van algunos tips para no sucumbir a las fiestas y salir ileso a los banquetes navideños (online y offline)

No conviertas las excepciones en nuevas reglas. Las vacaciones navideñas son largas, si haces una videollamada con turrón todos los días, en enero se notarán las consecuencias.

Reconoce si estás comiendo por estrés. En momentos de mucha presión hay quien come y quien ayuna. Si eres de los que come sin mesura, detente y reconoce la complejidad del momento, dedícate a otra cosa y aléjate físicamente de la comida.

Aplica las mismas reglas dietéticas de todo el año. No porque sea Navidad tienes que comer el triple. Mantén una dieta correcta, sin excesos.

Come despacio. El cuerpo se beneficia de esto en términos de digestión y asimilación. La gula suele ser síntoma de ansiedad, devorar comida entre otras cosas es síntoma de inquietud y de incapacidad para permanecer sereno y disfrutar del momento.

Videollamadas light. Si está organizando reuniones online para las felicitaciones navideñas, evita las horas que necesariamente vayan acompañadas de alcohol y picoteo.

Encuentros en un parque. Para los saludos, para estar juntos, no es necesario comer. También se puede quedar al aire libre, de forma segura y lejos de las tentaciones codiciosas.

Selecciona. No comas cualquier cosa y en cualquier momento. Estos son malos hábitos que deben sustituirse por otros nuevos y más saludables.

Camina todos los días. Levántate de la mesa y pon en marcha tu digestión. Un paseo es bueno para la mente y evita que acumulemos todo lo que ingerimos.

Haz deporte. Es un buen hábito, te permite equilibrar las calorías ingeridas y es bueno para la mente. Es algo para ser apuntado en la lista de buenas intenciones de 2021.

¿Alguna vez has probado el psicotraining? Para evitar la sobreexcitación de la mente y el cuerpo existen el entrenamiento autógeno, la meditación o los paseos al aire libre en la naturaleza. ¡Inténtalo! 

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