El próximo 7 de junio de 2025, celebramos con alegría y gratitud el octavo aniversario del “Grupo con Sentido”. Ocho años… se dice fácil, pero detrás de cada día hay una historia, un esfuerzo silencioso, un mensaje de esperanza lanzado al aire en forma de frase, esperando tocar algún corazón en el momento justo.
Lo que comenzó como una iniciativa sencilla —publicar cada día una reflexión inspirada en la logoterapia de Viktor E. Frankl— se ha transformado en una verdadera comunidad de apoyo emocional, espiritual y humano. Un espacio donde las palabras no solo se leen, sino que se sienten, se comparten y muchas veces, sanan.
Durante estos ocho años, nuestras frases han sido como pequeñas luces encendidas en medio de la oscuridad de muchas personas. No lo decimos como una forma de engrandecernos, sino como testigos de lo que otros han compartido con nosotros. Hemos recibido mensajes profundamente conmovedores de personas que, en momentos de angustia, encontraron en una cita, en un comentario o, en una palabra, el impulso necesario para seguir adelante.
Una experiencia compartida: alegría y dolor, como dos caras de la vida
Una y otra vez, hemos vivido esa dualidad inseparable de la existencia: la alegría y el dolor. Como bien decía Frankl, el ser humano no está llamado simplemente a evitar el sufrimiento, sino a encontrarle un sentido cuando este es inevitable. Hemos experimentado la dicha de saber que una frase tocó el alma de alguien que se sentía sin rumbo, y que, gracias al eco generado por las respuestas del grupo, esa persona descubrió que no estaba sola.
También hemos sentido la impotencia de leer testimonios cargados de dolor, de ver que hay quienes atraviesan momentos tan oscuros que hasta las palabras parecen no alcanzar. Pero incluso ahí, nos hemos unido en compasión, en respeto y en silencio. Porque también eso es el “Grupo con Sentido”: un lugar donde no hay juicios, solo presencia y escucha.
Nos preguntamos a menudo: ¿La vida es como una moneda con dos caras inseparables: el dolor y la alegría? Quizás sí. Pero también creemos que hay una tercera dimensión, un canto que surge de esa tensión entre ambas: el sentido. Viktor Frankl nos enseñó que, aun en medio de las circunstancias más terribles —como las que vivió en los campos de concentración—, el ser humano puede encontrar motivos para vivir. Y ese aprendizaje ha sido nuestro faro.
La historia de aquellos que estuvieron a punto de rendirse
Dos historias nos marcaron profundamente. Dos personas, en momentos distintos, nos confiaron en privado que estaban a punto de tomar una decisión irreversible. Pero una frase, una respuesta, una chispa encendida desde este grupo, les dio la mínima dosis de oxígeno necesaria para resistir un poco más. No les salvamos la vida, pero sí les ofrecimos un punto de apoyo para levantarse. Y eso, en sí mismo, es un milagro humano.
Porque al final, eso es lo que hacemos: ofrecer palabras con sentido, no como recetas mágicas, sino como compañía. Y ese acto de estar presentes, aunque sea virtualmente, ha demostrado tener un valor incalculable.
Gratitud y comunidad
Queremos agradecer a todas las personas que han formado parte de esta travesía: a quienes escriben las frases con dedicación, a quienes responden con sinceridad y apertura, a quienes simplemente leen en silencio y encuentran algo que les nutre. Todos somos parte de este tejido que se ha ido creando con hilos de humanidad, vulnerabilidad y esperanza.
Agradecemos profundamente a la Asociación Viktor Frankl por ser fuente de inspiración constante. No solo por difundir el pensamiento del autor de El hombre en busca de sentido, sino por recordarnos día a día que, en medio de la rutina, del dolor, del cansancio o del desconcierto, siempre podemos elegir una actitud que nos conecte con lo esencial.
Elegir la vida, a pesar de todo
Cada día que publicamos una frase, reafirmamos nuestra convicción: sí, la vida merece ser vivida, incluso en medio del sufrimiento. No porque sea fácil, sino porque tiene sentido. Y ese sentido no nos lo da alguien desde fuera: lo construimos desde dentro, con nuestras decisiones, con nuestro compromiso con los demás, con nuestra capacidad de amar incluso en la fragilidad.
Cuántas veces hemos recibido mensajes diciendo: “La frase de hoy me hizo reflexionar”, “Esto era justo lo que necesitaba leer”, “Gracias por recordarme que no estoy sola/o”. Esos mensajes son el alimento que nutre este grupo. Son la evidencia de que, al final, el voluntariado no es solo una acción generosa hacia otros, sino también un camino de crecimiento personal.
Lo que viene
Este octavo aniversario no es un punto de llegada, sino un nuevo comienzo. Seguiremos compartiendo frases, reflexiones, historias. Seguiremos acompañando, escuchando, aprendiendo. Porque creemos profundamente en la capacidad transformadora de las palabras, cuando nacen desde el corazón.
Gracias al Grupo con Sentido, de las 193 personas por estar en él. Gracias por sumar tu experiencia, tu mirada, tu silencio, tu dolor y tu alegría. Gracias por seguir creyendo, como Viktor Frankl, que, aunque no siempre podemos cambiar lo que nos sucede, siempre podemos elegir cómo responder a ello.
Gracias por caminar con nosotros. Gracias por darle sentido a estos siete años.
Asociación Viktor Frankl Región de Murcia
