El teatro del Centro Sociocultural de La Cárcel fue el escenario del proyecto musical "Entro lo Clásico y lo Cinematográfico", una velada organizada por a orquesta Pulso, Púa y Pasión en colaboración con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Totana. La iniciativa ofreció a los presentes un viaje por estilos y épocas diversas, uniendo el repertorio clásico con las grandes bandas sonoras del cine, donde la música y las emociones fueron el "plato fuerte para deleite del público". Una nutrida asistencia acompañó a la orquesta en este recorrido.
El concierto contó con la dirección de Vicente Sáez, quien guía a la orquesta Pulso, Púa y Pasión de Totana, destacando la necesidad de rigor, sensibilidad y un trabajo minucioso para alcanzar el equilibrio entre el tempo, los matices y la técnica en la interpretación del repertorio.
Un recorrido por el clasicismo y el folklore español
La primera parte de la velada se centró en el repertorio clásico, inaugurando la noche con la popular "Danza Húngara Número Cinco" de Johannes Brahms, una obra originalmente compuesta para piano a cuatro manos que se popularizó enormemente en versiones orquestales, tomando como base el folklore húngaro.
A continuación, la orquesta rescató el segundo movimiento del Concertino para guitarra y orquesta en La Menor Opus 72 del español Salvador Bacarisse, la "Romanza". Esta pieza, compuesta en 1952 y enmarcada en un lenguaje neoromántico, mostró su parte más álgida y española, con un tema sentimental y emotivo. El carácter español continuó con la interpretación de la "Danza Española Número Cinco, Andaluza", de Enrique Granados. Perteneciente a la colección de 12 Danzas Españolas, esta danza evoca colores y melodías andaluzas, reflejando el carácter del folklore español tradicional.
La Czardas, escrita alrededor de 1904 por Vittorio Monti, brilló por sus contrastes de tempo y virtuosismo, combinando pasajes lentos y cantábiles con brillantes aceleraciones. La obra, un número de concierto rapsódico sobre la danza tradicional húngara, se escuchó en una adaptación para bandurria y orquesta, poniendo a prueba la destreza técnica requerida.
El cierre de la primera parte fue festivo, con el "Intermedio de La Boda de Luis Alonso" de Jerónimo Giménez. En esta magistral obra, estrenada en 1897 y consolidada como uno de los extractos de zarzuela más populares, la orquesta mostró el color orquestal y la alegría festiva que el compositor plasmó en una mezcla brillante de bailes y ritmos populares.
Emociones cinematográficas, desde el romance hasta el rock épico
La segunda parte se abrió con una selección de bandas sonoras que han marcado la memoria del cine. Se inició con el conocido "Tema de Lara" de Maurice Jarre, escrito para la película Doctor Zhivago (1965). El tema, encargado por el director David Lean para plasmar el amor trágico de los protagonistas, se hizo rápidamente reconocible.
A esto le siguió la colorida versión orquestal de "The Entertainer" de Scott Joplin, la inolvidable banda sonora de la película El Golpe, que consiguió siete premios Óscar en 1973. Esta obra, caracterizada originalmente por su interpretación en las típicas pianolas del lejano oeste, alcanzó su máxima popularidad al ser adaptada para el cine.
La sensibilidad dramática de Nicola Piovani llegó con "La Vida es Bella", ganadora del Óscar a la mejor banda sonora original en 1999. Piovani combinó sencillez melódica y sensibilidad dramática para evocar a la perfección la emoción, la ternura, la tragedia y la sonrisa requeridas por el film de Roberto Benigni.
Aportando delicadeza y nostalgia, la orquesta interpretó "Cavatina" de Stanley Myers, que alcanzó fama internacional como banda sonora de El Cazador (1978). Esta pieza, originalmente para guitarra, se ha convertido en un símbolo de nostalgia en el cine, y fue adaptada expresamente para esta orquesta de plectro por el catedrático Antonio Jaime García Mengual.
Acercándose al final, la orquesta abordó una de las piezas más emblemáticas del rock, "Bohemian Rhapsody" de Freddie Mercury. La película biográfica de 2018 relanzó la importancia de la figura de Mercury y la canción, y la orquesta ofreció una adaptación orquestal para plectro que recreó su grandilocuencia operística y dramatismo coral.
Antes de la pieza final, la orquesta agradeció al público asistente y, de manera especial, al Ayuntamiento de Totana y a su Concejal de Cultura, Maribel Rubio, por el apoyo incondicional, su apuesta por la cultura musical y por brindarles la oportunidad de crecer como orquesta y "poder llevar el nombre de Totana y su cultura allá donde vayamos". Maribel Rubio dedicó unas palabras al público, destacando que es un "orgullo y un privilegio" tener a esta orquesta en Totana y reafirmando el apoyo municipal a la cultura.
El concierto cerró con la suite sinfónica de la película Piratas del Caribe: La maldición de la perla negra, compuesta por Klaus Badelt. Esta obra, considerada un himno del cine de aventuras moderno, sirvió como un "colofón enérgico y festivo" a la noche musical.
