Barcelona, 10 de noviembre de 2022.– Desde la Antigüedad, los puentes han sido una de las mayores demostraciones del ingenio humano. Como hacen los viajes, los puentes conectan lugares separados entre sí, permiten conocer otras realidades y, sobre todo, unen a las personas. Y, además, el término “puente” es sinónimo de viaje corto, de escapada. Travelzoo®, una compañía global de medios de Internet que publica ofertas y experiencias exclusivas para sus socios desde hace más de 20 años, nos propone ideas de escapada a las principales capitales europeas donde (re) descubrir algunos de los puentes más icónicos del continente.
El Puente de Carlos, Praga
El Camino Real de Praga es uno de los recorridos urbanos más bellos del mundo, adornado por los monumentos y lugares más emblemáticos de la capital checa. Entre ellos destaca el puente de Carlos, el más antiguo de la ciudad, que cruza el río Moldava. Con 510 metros de largo, está decorado con treinta estatuas y fue construido entre finales del siglo XIV y comienzos del XV, y su estampa, repleta de locales y viajeros, es una de las más famosas de la ciudad, especialmente bella durante las semanas de la Navidad.
El Puente 25 de Abril, Lisboa
Diseñado y construido a imagen y semejanza del Golden Gate de San Francisco, el puente 25 de abril, con sus 2.777 metros de longitud, es el puente colgante más largo de Europa. Es posible realizar una visita a su interior, donde hay salas de exposiciones y destaca la sala de amarres de los cables de suspensión del puente, un haz de hilos de acero que se pierden en un punto extremo del hueco de hormigón. Desde su mirador, construido sobre el tráfico que pasa por él, las vistas del Tajo y el barrio de Bélem son espectaculares.
El Pont Neuf, París
De todos los puentes de piedra que cruzan el Sena a su paso por París, el Pont Neuf -puente nuevo- es el más antiguo (fue construido entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII) y, también, el más largo (tiene una longitud de 238 metros). El puente, una auténtica obra de arte, está en el extremo de la Île de la Cité, la zona más exclusiva de París, donde se levantan también la Sainte-Chapelle y la catedral Notre-Dame, en pleno proceso de reconstrucción. Desde el Pont Neuf, la capital francesa luce en todo su esplendor: el Louvre, la torre Saint-Jacques, el Edificio de la Moneda, el barrio de Saint-Germain-des-Prés… un entorno, el de las Riberas del Sena en París, que la UNESCO declaró Lugar Patrimonio de la Humanidad, y que es ideal para ser contemplado desde un elegante crucero por el Sena.
El puente de la Torre, Londres
Londres abunda en iconos y uno de los más conocidos es su puente de la Torre, al que da nombre la cercana Torre de Londres. Su construcción comenzó en 1886 y se prolongó durante ocho años; está formado por dos torres, unidas en su parte superior por dos pasarelas horizontales que, además de sostener y equilibrar el peso de las torres, son un lugar ideal para disfrutar de unas vistas espectaculares de la capital británica.
El puente de Luis I, Oporto
Nada menos que seis puentes cruzan el curso del río Duero a su paso por Oporto. Y de todos ellos, el más icónico es el puente de Luis I, una auténtica obra maestra de la arquitectura industrial europea. Diseñado por el arquitecto alemán Théophile Seyrig, discípulo y socio del famoso Gustave Eiffel, el puente fue inaugurado en 1886. Con 395 metros de largo y 8 de ancho, su arco de hierro forjado es uno de los más grandes del mundo; y su estampa, junto con la Torre de los Clérigos, es el símbolo más reconocible de la ciudad portuguesa.
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