"La Virgen guarda y custodia mi vocación"

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Brian Palao Abellán será ordenado sacerdote el próximo sábado, 24 de septiembre, a las 11:00 horas, en la Parroquia Niño Jesús de Yecla

Brian considera que su vocación se ha ido fraguando «a fuego lento». En su infancia no se imaginaba en el futuro con una vida vinculada a la Iglesia, ya que con su familia solo participaba en los sacramentos tales como bautizos, bodas o comuniones. Pero sí que tenía un gran amor a la Virgen: «Yecla es una ciudad muy mariana y el amor a María sí que me lo inculcaron desde bien pequeño, aunque en ningún momento creí que mi vida estaría tan unida a la Madre, ni me había planteado lo del sacerdocio».

Conforme crecía iba buscando su felicidad en las cosas del mundo, en las amistades y en la diversión. En el instituto, un sacerdote le propuso hacer la catequesis de Confirmación, pero él pensó en un primer momento que eso «no servía para nada». Aun así, animado por sus amigos, decidió apuntarse. «Este fue el momento en el que empecé a descubrir a Jesucristo y lo que el Señor quería para mi vida», destaca Brian. Comenzó a involucrarse en las diferentes actividades organizadas por la parroquia y se dio cuenta de que era compatible pasarlo bien y seguir a Jesús: «Desde entonces, empecé a participar en los sacramentos y a ordenar mi vida orientada a Cristo». Brian cambió su día a día para llevar una vida cristiana poniendo a Jesús en el centro con la oración diaria, asistiendo a la Misa dominical, a las catequesis y con dirección espiritual. De esta forma también fue descubriendo la figura del sacerdote, que hasta ahora había estado lejos de su vida. Pudo ver de cerca su ejemplo y testimonio, y se cuestionaba el porqué de esa vida entregada, al igual que la de los tres seminaristas de Yecla a los que también conoció en ese tiempo. Recuerda Brian que en el silencio de la oración se iba planteando la pregunta «¿Por qué no? ¿Por qué no ser sacerdote?», aunque reconoce que le daba «mucho miedo el entregar la vida de esa manera». Dar ese paso le costaba bastante y, «en lugar de confiar en el Señor y avanzar», retrocedió y se cerró a esa llamada alejándose de Dios.

Tuvo que pasar el tiempo suficiente para que pudiera darse cuenta de que «no era feliz así», lejos de Jesucristo. Lentamente, paso a paso, regresó a la Iglesia, a ponerse delante del Señor, a retomar la oración, y volvió a surgir la cuestión de entregarse desde el sacerdocio. «Señor, dame cosas claras, que yo vea claramente», pedía en su oración. En la ordenación de uno de los seminaristas yeclanos, el rector del seminario, al que Brian no conocía, le preguntó acerca de su vocación: «¿Alguna vez te has planteado ser sacerdote?». Para Brian esta fue la señal que estaba esperando, la que le dejó claro que el Señor le llamaba al sacerdocio.

Tras vivir un momento de discernimiento junto a una amiga que también se planteaba su vocación para ser carmelita descalza, tomo la decisión de entrar al seminario. «Me daba miedo lo que dijeran de mí mi familia y mis amigos, el qué dirá la gente». Reconoce su temor a que los suyos no comprendieran el camino que había escogido. Para su sorpresa todos aceptaron su vocación.

En el seminario ha vivido momentos felices y otros más complicados, «un tiempo hermoso de preparación con otras personas que también se están entregando al Señor». De estos años de formación y convivencia destaca «el rezar juntos, compartiendo y viviendo momentos de fe en comunidad cada día y, por supuesto, el amor a la Virgen». Echando la vista atrás, se da cuenta de que en todas las etapas de su vida la Virgen María ha estado junto a él, ayudándole a seguir adelante: «Es la Virgen quien guarda y custodia mi vocación». Recuerda con especial cariño el día en el que se consagró a Santa María Reina de los Corazones. Al ser el más pequeño del curso, fue el encargado de introducir en el corazón de la Señora los nombres de todos los compañeros de primero: «Fue un momento muy bonito, de entrega a la Virgen, el día en que le dije “Madre, aquí estoy siguiendo aquello que tu Hijo me va pidiendo”».

El 6 de marzo de 2022 fue ordenado diácono y ha estado sirviendo en la iglesia parroquial de San Fulgencio de Cartagena. Desde entonces -reconoce- su manera de mirar a los demás ha cambiado, sintiéndose «imagen de Jesucristo en el mundo, entregándose y sirviendo a los más necesitados».

San Juan de Ávila, un ejemplo a seguir en la vocación al sacerdocio

«Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia contigo» (Jr 31,3). Esta cita del profeta Jeremías es la que Brian ha elegido para su ordenación sacerdotal. «Desde siempre el Señor me ha amado y ha prolongado su misericordia conmigo.. Cada día le pido al Señor que me ayude a serle fiel y a seguir entregándome cada día más», explica. Brian Palao Abellán recibirá el sacramento del Orden Sacerdotal el próximo sábado, 24 de septiembre, a las 11:00 horas, en la iglesia parroquial del Niño Jesús de Yecla. Con motivo de esta celebración, desde el lunes cuentan en la parroquia con el acompañamiento del relicario peregrino con las reliquias de san Juan de Ávila, patrón del clero español. «Que nos pueda servir de ejemplo san Juan de Ávila en nuestra vocación al sacerdocio», dice Brian. Llegadas desde Montilla (Córdoba), las reliquias permanecerán hasta el domingo en la parroquia. Durante la visita del relicario, se ha organizado en la parroquia una semana vocacional con un programa de actos en torno a san Juan de Ávila. 

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